TRUMP Y SU CAOS
Caos Tensos oficiales desenfundaron las armas mientras los legisladores se ponían máscaras de gas y los manifestantes rompían las ventanas: esto ocurrió en el último intento de Trump por revertir las elecciones
Violencia Partidarios violentos del presidente Trump asaltaron el Capitolio para evitar la oficialización de la elección de Joe Biden. En un hecho insólito en la mayor democracia del mundo, los activistas, convocados por el mismo Trump a Washington, reclamaron su triunfo y desplegaron vandalismo y anarquía. Una mujer es asesinada de un disparo en el interior del Capitolio.
Lo que sería una transición pacífica del poder, terminó en caos, muerte y acusaciones de intento de “golpe” en Estados Unidos.
Una turba asaltó ayer el Capitolio federal en Washington, enardecida por las denuncias de fraude electoral del presidentedonaldtrump, justo momentos después de que su propio vicepresidente, Mike Pence, se negara a rechazar los resultados de las elecciones presidenciales.
Por su parte, Trump emitió un ti- bio llamado a la paz bastante tiempo después de que comenzaron los enfrentamientos, pero no pidió a sus simpatizantes que se dispersaran. Horas antes los había exhortado a marchar hacia el Capitolio.
El Pentágono dijo que unos 1,100 miembros de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia serían movilizados para ayudar a mantener el orden en el Capitolio.
El procedimiento ordinariamente mundano de certificar a un nuevo presidente iba a ser algo extraordinario de todas formas, luego de que los simpatizantes republicanos de Trump prometieron protestar contra los resultados de unas elecciones que han dicho, sin pruebas, estuvieron marcadas por fraude.
Pero incluso las inusuales deliberaciones de la jornada, como el desafío del vicepresidente republicano y del líder de la mayoría en el Senado a las exigencias de Trump, se vieron interrumpidas rápidamente.
En una escena fuera de control, los manifestantes eludieron a la policía e ingresaron en el edificio, gritando y ondeando banderas estadounidenses y en favor de Trump mientras caminaban por el recinto.
Se reportó que una mujer balaceada en el Capitolio murió.
El jefe de policía de Washington, Robert Contee, informó en rueda de prensa que se había abierto una investigación, sin dar ningún detalle sobre las circunstancias de la tragedia.
Según el diario The Washington Post, citando a la policía, la víctima es una mujer blanca que recibió una herida en el hombro.
Los manifestantes interrumpieron abruptamente los procedimientos en una escena que incluyó advertencias de las autoridades que ordenaban a la gente que se resguardara bajo sus asientos y se colocara máscaras de gas luego de que se utilizó gas lacrimógeno en la Rotonda del Capitolio.
Para aquellos que huían, era una carrera contra el tiempo: la turba estaba entrando tan rápidamente como salían los miembros del Congreso.
Algunos de ellos ocuparon la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y se tomaron fotografías ocupando burlonamente su escritorio.
“No veo nada como esto desde que estuve desplegado en Irak”, dijo Mike Gallagher, un legislador republicano y veterano de guerra, al canal de noticias CNN.
Luego de que las multitudes no mostraron indicios de aplacarse, Trump tuiteó que “por favor apoyen a nuestra policía del Capitolio y a las autoridades. Ellos realmente están del lado de nuestro país. Manténganse pacíficos”.
Los senadores estaban siendo evacuados. Algunos representantes tuitearon que se refugiaron en sus oficinas.
Los manifestantes se enfrentaron con la policía del Capitolio y lograron ingresar al edificio, poco después de que se llevó a cabo un enorme mitin cerca de la Casa Blanca durante el cual Trump les dijo que marcharan hacia el Congreso.
Los legisladores se habían reunido para una sesión conjunta extraordinaria en la que habrían de confirmar los resultados del Colegio Electoral.
Aunque algunos republicanos respaldaban la impugnación a la victoria de Biden, que obtuvo 306 votos electorales respecto a los 232 de Trump y que fue confirmada por el Colegio Electoral, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch Mcconnell, trató de dis
minuir las tensiones y se opuso a ello.
Advirtió que la nación “no puede seguir a la deriva con dos tribus separadas” con “hechos separados”.
“Los votantes, las cortes y los estados, todos han hablado”, puntualizó Mcconnell.
Pero otros republicanos, incluidos líderes en la Cámara de Representantes, estaban exteriorizando las peticiones de los simpatizantes de Trump en su enorme mitin en torno a “luchar por Trump”.
“Tenemos que arreglar esto”, dijoelrepresentantestevescalise.
El intento de último momento seguramente fracasará, derrotado por las mayorías bipartidistas en el Congreso que están preparadas para aceptar los resultados de las elecciones de noviembre.
Biden asumirá el cargo el 20 de enero.
Sin embargo, Trump prometió que “nunca aceptaría” la derrota. “Nunca nos daremos por vencidos”. Y finalmente añadió en un video de un minuto en Twitter: “Entiendo su dolor (...) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora”.
“Golpe”
Legisladores demócratas denunciaron un intento de “golpe” de Estado.
“Triste, y peligrosamente, una parte del Partido Republicano cree que su supervivencia política depende del respaldo de un intento de golpe”, dijo el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer. “Un golpe en marcha”, tuiteó la congresista Val Demings. “Esto es anarquía. Es un intento de golpe”, señaló su colega Seth Moulton.
“El presidente está incitando al terrorismo interno”, apuntó el legislador Mark Pocan.
“No reconozco a nuestro país hoy y los miembros del Congreso que han apoyado esta anarquía no merecen representar a sus compatriotas”, dijo la congresista Elaine Luria.
Democracia paralizada
No hay dudas de que Biden se convertirá en presidente, dado que los demócratas ya controlan la Cámara de Representantes, pero más de 140 congresistas y una docena de senadores republicanos se han puesto del lado de Trump para desafiar los resultados, aunque no se ha probado ninguna evidencia de fraude en los tribunales.
Antes de que los disturbios obligaran al receso en el Capitolio, el líder republicano del Senado, el senador Mitch Mcconnell, durante cuatro años un acérrimo partidario de Trump, alertó sin embargo de los peligros de negarse a certificar la victoria de Biden, señalando un riesgo “mortal” para la democracia.
“Si esta elección fuera anulada en base a simples acusaciones de los perdedores, nuestra democracia entraría en una espiral mortal”, dijo Mcconnell durante una sesión que comenzó con las objeciones de dos legisladores republicanos a los resultados en el estado de Arizona.
Piden destitución
Durante la jornada los llamados a destituir al presidente estadounidense Donald Trump, invocando la Enmienda 25 de la Constitución de Estados Unidos, no se hicieron esperar.
La vigesimoquinta enmienda constitucional habla sobre la sucesión del presidente de Estados Unidos, y establece las condiciones en que se le puede inhabilitar, entre ellas la falta de capacidad para ejercer el cargo.
“No sé dónde ha estado su gabinete todo este tiempo, pero aplica invocar la Enmienda 25 porque este hombre ya no es capaz de servir a Estados Unidos de América”, afirmó el exsecretario de Defensa William Cohen, en declaraciones a la televisora CNBC. Cohen fue senador republicano y encabezó el Departamento de Defensa en la administración de Bill Clinton.
Jay Timmons, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Manufactureros, coincidió. En una declaración, llamó al vicepresidente Mike Pence a “considerar seriamente” invocar la enmienda para “preservar la democracia”