Santa Claus cumplió los deseos de sus nietecitos
Campaña navideña Ni la pandemia frenó el espíritu solidario, sin embargo, para conmemorar el Día de los Reyes Magos se aplicaron medidas de bioseguridad y Santa se movilizó hasta las casas de sus nietecitos
Tras leer las cartas que le enviaron sus nietecitos, Santa Claus guardó su pijama, se vistió con su traje rojo vibrante y, decidido a conmemorar una década de dibujar sonrisas con la campaña “Santa cumple sueños en Navidad”, llegó a Tegucigalpa.
Sabe que sus poderes mágicos lo mantienen inmune al covid-19, sin embargo, para dar el ejemplo a los que creen en él, antes de viajar le pidió a la Señora Claus mascarillas para él y sus nueve renos.
Y porque no está de más, su señora colocó junto al saco lleno de regalos su gel antibacterial.
Después de aparcar su trineo en el aeropuerto Toncontín, donde también instaló un pediluvio, se estableció en las oficinas del Correo Nacional, lugar al que trasladó las cartas y el espacio donde sus ayudantes de EL HERALDO ya tenían organizados a los niños y niñas que pasaron un difícil 2020. Acostumbrado al frío del Polo Norte, los 19 grados centígrados de temperatura que se registraron en la capital el Día de los Reyes Magos lo hicieron entrar en calor. Con la lista de regalos preparada, ya que leyó las cartas que los infantes le mandaron, pronunció un potente “¡jo, jo, jo!” e invitó a los pequeñines a recoger sus regalos bajo un fuerte protocolo de bioseguridad.
Especial
Además de conmemorarse una década de la campaña solidaria, la entrega de regalos se realizó en tiempo de pandemia, por tanto, el carismático barrigón solicitó la ayuda de sus aliados del Correo Nacional y del diario líder para hacer cumplir las nuevas disposiciones.
Para alejar al virus del evento, se establecieron horarios de entrega y se organizaron grupos de diez niños.
Asimismo, de manera diligente el personal del correo tomó la temperatura de cada infante y sus familiares, colocó gel en las pequeñas manitas y formó a los menores en filas con el distanciamiento apropiado.
Hay que destacar que la entrega se realizó en la entrada del edificio, una zona abierta que impidió cualquier tipo de hacinamiento.
Magia solidaria
Para hacer más especial la noble campaña, el viejito bonachón contó con la incondicional ayuda de su buen amigo el mago Zaki Magoa.
Proveniente de España, el ilusionista cautivó a los chiquitines con sanas demostraciones, desde hacer aparecer y desaparecer pañuelos hasta divertidos actos con globos inflables.
“Proyectos como estos me encantan, me parece una labor maravillosa, por eso me dedico a la solidaridad. Me siento muy afortunado, quizás para algunos de ellos es la primera vez que ven un mago, es algo que no tiene precio”, expresó.
La primera en recibir su regalo fue Rosmeidy Andino, sus ojos brillaron cuando Santa puso en sus manos un juguete y le dio un cálido abrazo. Desde el más chico al más grande, todos esperaron su turno en orden para ser agasajados.
“Estamos muy agradecidos con EL HERALDO y el Correo, le ayudé a mi hijo a escribir la cartita, miramos en Facebook el anuncio y pues a medianoche la hicimos”, resaltó Sinthia Barrientos, madre del pequeño Josept Zelaya.
La emoción que genera esta época del año también llegó de manera imprevista hasta el hogar de Cintia, Mía, Ansel y Cristina Ramos.
Cuando escucharon que su madre hablaba por teléfono con la secretaria de Santa y que estaban invitados a la entrega,
los gritos de emoción se convirtieron en la mejor recompensa que pueden recibir todos los involucrados en la campaña.
“Todo fue muy especial, desde poner la carta en el buzón para enviarla al Polo Norte hasta recibir sus regalos”, detalló Sandra Ramos. La madre de familia reconoció que la misión, en medio de pandemia y al terminar un difícil 2020, ayuda a mantener viva la ilusión de los niños.
Entregas a domicilio
Conscientes de que las dificultades económicas impedían a algunos de los niños llegar hasta el Correo, Santa también llegó hasta las casas de sus nietecitos.
Con toda la bioseguridad disponible, el viejito asomó su barba de nieve por ventanas y puertas de humildes hogares.
Una de sus estaciones fue en la colonia Monterrey, para visitar al pequeño Santiago José Reyes, quien no se esperaba la visita del rey de los juguetes. -¡Santa!-, gritó con asombro y alegría, atónito al ver a un señor barrigón y vestido de rojo y blanco que se bajó de un camión blanco. Emocionado saltó para abrazarlo, pues nunca imaginó que sus deseos escritos en una cartita que envió serían cumplidos por el viejo pascuero. “Siempre voy a creer en la Navidad”, exclamó emocionado José al recibir su regalo, los carritos que tanto anheló. El dueño del taller de ilusiones en el Polo Norte también llegó a la colonia La Travesía y justo coincidió su visita con el cumpleaños número 6 de su nietecita Megan Acosta...