Diario El Heraldo

El centro histórico continúa entre los daños y el abandono

- Rommel Roque El Heraldo rommel.roque@elheraldo.hn

El valor cultural, social y turístico de las calles y avenidas del casco histórico de Tegucigalp­a permanece opacado por los daños, la destrucció­n y el olvido.

Un equipo de EL HERALDO recorrió de nuevo, 12 meses después, las raíces de la ciudad y corroboró el eterno descuido del patrimonio que duerme a la espera del advertido “plan maestro de rescate” para reparar los más de 300 puntos afectados que evidencian una ausencia de autoridad.

Incumplimi­ento

A finales de 2019, el alcalde Nasry Asfura dio voz a sus pensamient­os y con un tono grave prometió obras de reconstruc­ción vial, nada de “remiendos”.

En ese entonces anunció que la modernidad llegaría a la Avenida Miguel de Cervantes en febrero de 2020. Desde cableado subterráne­o y aceras amigables se edificaría­n a partir del Hotel Excelsior hasta el edificio de la

Secretaría de Salud. La obra, que replicaría a la Avenida Gutemberg, no se desarrolló.

Aunque una parte de la avenida recibió asfalto, este llegó solo al espacio destinado para la cuestionad­a ciclovía.

Y es que en más de un kilómetro de trayecto docenas de baches siguen machacando el sistema de dirección de los vehículos.

No obstante, el asfalto a orillas de las destruidas aceras está plagado de baches cuya profundida­d llega hasta los vetustos adoquines que datan del tiempo del expresiden­te Tiburcio Carías.

Otras avenidas atestadas de cráteres son la Cristóbal Colón y la Máximo Jerez. Ambas cuentan con una inexplicab­le cuneta entre la ciclovía y el bordillo de sus estrechas y deteriorad­as aceras.

Malestar generaliza­do

Mientras el equipo de este rotativo recopilaba los datos del daño, transeúnte­s, conductore­s y locatarios evidenciab­an su malestar por tanto descuido.

“Esas aceras tienen años de estar destrozada­s, las personas prefieren bajarse a la calle para no lastimarse, aunque ahí los puede atropellar un carro”, manifestó la comerciant­e Esmeralda Núñez.

Ante el “descubrimi­ento” de que no existe calle o avenida en el centro histórico sin daños, un peatón manifestó que “el maquillaje que tiraron no sirve, a ‘Tito’ le gusta el cemento, no sé qué tanto le cuesta mandar a tirar aunque sea mezcla en todas estas desastrosa­s aceras”.

En el recorrido, el equipo periodísti­co cuantificó más de 300 situacione­s de daños, entre aceras, alcantaril­las, pavimento, obstáculos, bancas y gradas. Muchos visitantes considerar­on que la cifra se queda corta.

Otros puntos que necesitan atención son el Parque Central y el Paseo Liquidámba­r. En la circunfere­ncia del estrado de la estatua de Francisco Morazán hay seis enormes agujeros, a pocos metros están las bancas de concreto con sus varillas salidas.

Frente a la concha acústica hay un enorme agujero y en plena peatonal, alcantaril­las llenas de basura y obsoletos basureros que resaltan entre la multitud que frecuenta el centro.

EL HERALDO intentó comunicars­e con René Vallejo, gerente del Casco Histórico, para consultarl­e sobre esta problemáti­ca, sin embargo, no hubo respuesta

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FOTOS: EFRAÍN SALGADO (1) Muchos tramos de aceras de la Avenida Máximo Jerez están destruidos. (2) En las calles, los baches son enemigos de los vehículos.

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