Atropello manoso
Cuando parecía que le estábamos ganando terreno a la informalidad en el transporte urbano, lo ocurrido con el atropello a la inspectora de la ATU y la casi inmediata liberación del prontuariado chofer que casi la mata nos volvió a la realidad –si se nos permite la metáfora– con la violencia de un frenazo en seco. Es un verdadero escándalo que este malhadado negocio continúe prosperando sin ningún control sobre vehículos inadecuados a simple vista y con choferes y empresarios deshonestos que han hecho de la impunidad un lucrativo modo de vida. La imagen que dejan las autoridades es además pobrísima, como si estuvieran desarmadas ante lo que ya es una amenaza pública...