Uniformados de EE UU se enfrentan internamente
Juraron servir y proteger, pero a una semana de que extremistas asaltaran el Capitolio, los policías y militares de todo Estados Unidos investigan reportes que indican que algunos integrantes de sus propias filas fueron parte de los incidentes.
Desde Ashli Babbitt, veterana de la Fuerza Aérea, que murió de un disparo cuando intentaba forzar su ingreso a la Cámara de Representantes, hasta reservistas retirados de la misma Fuerza Aérea, oficiales del Ejército y policías desde Seattle hasta Nueva York; han surgido informes de que policías fuera de servicio y exmilitares participaron en los disturbios.
Y estos informes no hicieron más que arrojar luz sobre una amenaza sobre la cual varios expertos han advertido en vano desde hace tiempo: el extremismo y los supremacistas blancos entre las fuerzas de seguridad.
“Hemos descuidado esta amenaza durante diez años. La ignoramos, la minimizamos, optamos por no verla. Este gobierno de hecho ha mimado a estas personas, los llamó especiales”, dijo Daryl Johnson, exlíder de un equipo antiterrorismo doméstico en el Departamento de Seguridad Interior y analista de inteligencia entre 2004 y 2010.
Las sospechas se extienden hasta la propia policía del Capitolio, la agencia que se encarga de la seguridad del edificio. Varios agentes fueron suspendidos y alrededor de una docena son investigados luego de reportes de que se tomaron “selfis” con la multitud y de que aparecen en videos dándole vía libre a los asaltantes