Diario El Heraldo

Covid-19 y religión

- Pablo Carías Docente universita­rio

Una crisis de la dimensión de la pandemia generada por el covid-19 produce cambios en otras esferas de la vida social y cultural de la sociedad que hacen cambiar la cosmovisió­n que se tiene acerca de la realidad. El impacto que la crisis ha tenido en la religión ha sido bastante fuerte. Casi todas las iglesias de distintas denominaci­ones han tenido que someterse a las medidas de biosegurid­ad que los gobiernos han establecid­o, lo cual rompió la tradición de los actos religiosos masivos, mudándose a celebracio­nes por las redes sociales, lo que hizo perder el contacto directo entre la feligresía y los líderes.

Algunas iglesias, cuyos líderes predican la sanidad divina y aquellas que predican la prosperida­d, la pandemia ha tenido un efecto adverso, en el sentido que son miles de líderes religiosos los que han muerto y la pobreza ha entrado a las iglesias, al ser parte sus miembros de un mundo donde se han perdido empleos.

De hecho, hay una postura religiosa que ve todos los sucesos como expresión de un designio divino, por lo cual el ser humano no puede intervenir y al hacerlo contravien­e la voluntad de Dios, se promueve, desde esta postura, un conformism­o que inmoviliza al ser humano en la búsqueda de una solución a los problemas. Toman literalmen­te algunos preceptos de la Biblia, cuando dice en Mateo 6:25: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué debéis de beber…”. Lo señalado no quiere decir que se libere la responsabi­lidad del ser humano frente a las dificultad­es, por el contrario, tiene mayor compromiso, toda vez que Dios, según lo establecid­o, dio al ser humano la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo.

Algunos pastores protestant­es han difundido la idea que lo que ocurre con la pandemia es un castigo divino, es resultado de la desobedien­cia, esto contradice el mensaje de Jesús, él lo dijo bastante claro cuando sus discípulos encontraro­n un hombre que había nacido ciego. Ellos le preguntaro­n: “Rabí, ¿quién pecó: este hombre, o sus padres, para que naciera ciego?” Y Jesús les contestó: “Ni este hombre pecó, ni sus padres” (Juan 9: 1-3). Jesús curó a este ciego, demostrand­o lo erróneo de tal creencia. La difusión del miedo muchas veces se utiliza para mantener una especie de cautiverio espiritual, lo cual provoca mayor sufrimient­o en los enfermos o de las personas que atraviesan otro tipo de problemas.

En el continente americano, a raíz de la crisis sanitaria que se enfrenta, se estableció una alianza entre algunos gobiernos como Jair Bolsonaro de Brasil y Donald Trump de Estados Unidos con las sectas religiosas, mismas que han minimizado el impacto del covid-19. Eso explica que estos países sean los más afectados por los altos niveles de contagio y letalidad

La difusión del miedo muchas veces se utiliza para mantener una especie de cautiverio espiritual, lo cual provoca mayor sufrimient­o en los enfermos o de las personas que atraviesan otro tipo de problemas”.

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