LA INTUICIÓN EN LAS DECISIONES
Frente a una elección laboral difícil toca dar espacio a la intuición, al tiempo y al balance de escenarios
Al intentar decidir entre hacer una inversión, dejar un empleo o aceptar un ascenso, insistimos en contrastar pros y contras, pero tomar una decisión difícil va más allá de poner en balanza los posibles escenarios.
Recae, sobre todo, en la intuición y en el tiempo de análisis. Lejos de ser un concepto irracional, la intuición está muy ligada a la experiencia y al conocimiento del negocio.
Ciertamente, hay al menos algo que decir al considerar cualquier pensamiento o sentimiento intuitivo como parte de la ecuación. A veces, una opción o idea simplemente no se siente del todo bien. Es posible que no sepa exactamente por qué se siente de esa manera, pero su subconsciente puede ser más sabio de lo que cree.
En otras palabras, su intuición es esta colección de atajos heurísticos. Es este centro de experiencia aprendida conscienteinconsciente en el que puede aprovechar sus años de vida, considera Melody Wilding, terapeuta y profesora de comportamiento humano en Hunter College. “Contiene conocimientos que no están disponibles de inmediato para su mente consciente, pero son todas las cosas que ha aprendido y sentido. En este momento, es posible que no podamos acceder fácilmente a información específica, pero nuestro instinto la tiene lista”, afirma. Así que permita que su intuición entre en la ecuación.
Por otro lado, cuando tenga que tomar una decisión importante, asegúrese de tomarse su tiempo y no apresurarse.
A veces, cuando se siente dividido entre una opción y otra, puede ser tentador simplemente elegir. Hay presión para seguir adelante y ponerse en marcha. Pero es importante no dejar que ese sentido de urgencia empañe su juicio. Si va a tomar una decisión hágalo sabiamente.
Así que no actúe precipitadamente o impulsivamente. Y tampoco deje que nadie más le acorrale. Simplemente explique que necesita tomarse un poco de tiempo porque quiere asegurarse de elegir la mejor opción. Y aquí entra otro punto: debe identificar claramente las opciones.
Es útil desarrollar una comprensión clara y precisa de sus elecciones a fin de perfeccionar el mejor curso de acción. Por ejemplo, supongamos que está intentando decidir cómo trabajar con un cliente difícil.
En lugar de analizar todas las formas posibles en las que podría manejar la situación, reduzca sus opciones a cuatro o cinco, tal vez incluso tres. Incluso podría solicitar el apoyo de un colega, comprometerse a pasar más tiempo con el cliente o decidir tener una conversación sobre el tema. Así podrá sopesar los pros y los contras de cada opción y decidir cuál es la mejor. Siempre trate de simplificar un poco las cosas cuando se sienta estancado.
También debe determinar si se trata de una decisión unidireccional o bidireccional.
Algunas decisiones son reversibles, mientras otras no. Es importante comprender las elecciones de esta manera, nos da el poder de posicionarnos y apostar por lo que nuestra intuición nos dice cuando nuestro cerebro se estanca