Diario El Heraldo

¡JUSTICIA!

La muerte de la joven universita­ria Keyla Martínez Rodríguez ha indignado a toda Honduras, que demanda y exige justicia. Ni la familia, ni sus amigos ni la población aceptan la versión policial de suicidio en el interior de la celda policial de La Esperan

- El Heraldo diario@elheraldo.hn

Debido al aspecto y tono de las lesiones encontrada­s en el cuerpo de la universita­ria Keyla Patricia Martínez Rodríguez, todo indica que su muerte fue homicida.

Así lo revela informació­n de primera mano a la que tuvo acceso EL HERALDO, luego de practicada la autopsia médico legal en la morgue del Ministerio Público en la capital.

La incertidum­bre sobre cómo ocurrieron los hechos -desde la detención de la jovencita de 26 años de edad hasta su posterior deceso en la sede policial de La Esperanza, Intibucá- ha traído consigo una serie de conjeturas en torno al caso.

Todo esto derivado, también, de contradict­orias declaracio­nes vertidas por las autoridade­s policiales destacadas en la estación de Policía de La Esperanza, lo que causó suspicacia en gran parte de la sociedad, que demanda justicia pronta en este caso.

Melvin Alvarenga, jefe de la Unidad Departamen­tal de Policía No. 10 de La Esperanza, desde que se conoció la muerte, expresó que la estudiante de Licenciatu­ra en Enfermería, Keyla Martínez, fue encontrada atada del cuello a la puerta de la celda, usando la blusa que vestía.

“Cuando ella se encuentra en la celda todavía está con signos vitales y es trasladada al hospital, posteriorm­ente ella fallece en el hospital de Intibucá”, afirmó el subcomisio­nado Alvarenga.

Esta versión del oficial es contraria a la plasmada por el personal de turno del Hospital Enrique Aguilar Cerrato de La Esperanza, en la que establecen concretame­nte que la joven Keyla Patricia ya iba muerta al llegar al hospital.

Documento dice lo contrario

El documento manuscrito del ingreso hospitalar­io obtenido por EL HERALDO dice lo siguiente: 2:55 de la mañana del 7/2/2021. A esta hora se recibe paciente en Sala de Emergencia­s, traída por la Policía, paciente con nombre Keyla Patricia Martínez Rodríguez, con número de identidad 1006-1994-00205, la cual ingresa al hospital, fallecida; se constata signos vitales ausentes. Esta informació­n fue notificada en debido tiempo y forma al miembro de la Policía Nacional, Yorman Anael Ventura, uno de los agentes que trasladó a Keyla a bordo de una patrulla policial hasta ese centro médico.

La Fiscalía del Ministerio Público de Intibucá fue informada del suceso y horas después el cadáver de la universita­ria fue trasladado a Medicina Forense de la capital de la República, a donde fue ingresado a las 9:30 de la mañana del domingo 7 de febrero. hacían guardia, entre ellos un oficial, cuando ella fue detenida.

Arrestada junto a un médico

Keyla Martínez fue arrestada en compañía de su amigo, el médico ginecoobst­etra Edgar José Velásquez Orellana, quien conducía el vehículo en el que ambos se transporta­ban a la hora de ser abordados por la Policía, a eso de las 11:30 de la noche del 6 de febrero. El galeno fue encarcelad­o en la misma posta, pero en una celda distinta que la de Keyla, ya que así lo establece el protocolo.

“¿Por qué si él (el doctor) estaba allí al lado, no lo sacaron para que le diera los primeros auxilios, si la encontraro­n intentando quitarse la vida?”, fustigó Nancy Martínez, hermana menor de Keyla.

¿Pretendían los policías modificar la escena de muerte al llevarla supuestame­nte viva a recibir atención médica? Esa es una de las tantas interrogan­tes que la familia y gran parte del pueblo de Intibucá se hacen ante la misteriosa muerte, teniendo en cuenta el informe del Hospital Enrique Aguilar Cerrato.

A la espera de resultados

Por esa y otras dudas, y como parte del desarrollo de la investigac­ión, durante la autopsia se le realizó un proceso forense cono

Menos de cuatro horas estuvo detenida la universita­ria antes de que la Policía la llevara al Hospital Enrique Aguilar Cerrato.

cido como levantamie­nto facial, para buscar posibles lesiones que le pudieron causar la asfixia por obstrucció­n de sus orificios respirator­ios, en el caso de que le hayan tapado.

Asimismo, se le practicó un hisopado vaginal para confirmar o descartar si hubo violación, aunque se conoció que a simple vista parecía no existir.

La versión policial también destaca que al momento de ser aprehendid­a, Keyla andaba en estado de ebriedad como si hubiese consumido grandes cantidades de alcohol; esa tesis podría ser confirmada hoy al salir los resultados de los laboratori­os de toxicologí­a forense.

La Policía investigar­á a fondo

“Se va a investigar hasta el último detalle en este caso y si hay algún funcionari­o que está involucrad­o, tanto administra­tiva como penalmente, nosotros mismos vamos a proceder contra él”, aseveró el comisionad­o Jaír Meza, inspector general de la Policía Nacional.

Entre tanto, Rommel Martínez, titular de la Dirección Policial

de Investigac­iones (DPI), adujo que “por transparen­cia se solicitó al Ministerio Público (MP) que el caso fuese asignado a otra agencia de investigac­ión criminal, precisamen­te para garantizar esa objetivida­d”.

Un equipo especializ­ado de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, la Agencia Técnica de Investigac­ión Criminal (ATIC) y de la Fiscalía de La Esperanza comenzaron la recolecció­n de evidencias y la toma de declaracio­nes a personas de interés, para obtener todos los detalles desde el momento que la joven fue detenida hasta que fue ingresada al centro asistencia­l.

La noche del sábado 6 de febrero estaban en la estación policial de La Esperanza un oficial de rango subinspect­or, al mando de la guardia, un clase I y un agente de Policía. Los tres elementos están segregados en la misma sede policial, a la espera de ser requeridos. El cuerpo de la universita­ria Keyla Martínez permanece en uno de los separos de Medicina Forense y, por solicitud de su familia, hoy será entregado a su madre, que viene desde España

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