Hicimos el zidículo
Con los pabellones de una treintena de países de fondo, y con un discurso infantil que pretendía culpar de dos semanas de desaciertos y extravío a todos los que considera sus enemigos políticos, el presidente de la República protagonizó ayer una nueva charada. Para sentirse cómodo en esa pantomima de invocación democrática, convocó a 31 representantes del cuerpo diplomático y se aseguró de no sufrir la cobertura de los medios de comunicación independientes, excepto la de los experiodistas que ahora trabajan para su plataforma de propaganda. En uno de los episodios más surrealistas en el poco más de un año que lleva al frente del Ejecutivo, Bukele denunció un intento de golpe de Estado...