La Iglesia aboga por construir una nueva Honduras
Renovación Fue una atípica celebración con bioseguridad y distanciamiento. Dejar a un lado el egoísmo y la imperante violencia son las guías que la sociedad debe seguir en el camino de la conversión
Para reconocer que son pecadores y que buscan la reconciliación con Dios, cientos de capitalinos acudieron a los templos de la ciudad.
Los católicos iniciaron ayer el camino de 40 días, conocido como Cuaresma, que los prepara para recibir la Pascua.
La Iglesia Católica habilitó varios horarios para celebrar la eucaristía en las diferentes parroquias y capillas con el fin de evitar que se generaran aglomeraciones. Incluso cuando se llegaba al 50% de la capacidad permitida por templo se cerraban los accesos para evitar celebraciones masivas.
En la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, en el centro de la ciudad, se observó a decenas de personas aferradas a los portones para no perder la oportunidad de ingresar en el siguiente turno.
Los altares de todas las parroquias se vistieron de morado, el color símbolo de penitencia y arrepentimiento.
Creyentes como Jonathan Flores, de 50 años, acudieron con un ramo de flores en mano, y mientras mantenía su cabeza inclinada y sus ojos cerrados en señal de reverencia, esperaba su turno para recibir el signo de la reconciliación en el templo San Judas Tadeo, en Suyapa.
El padre Wilson Canizales expresó en su homilía que la ceniza no se refiere a ningún rito mágico sino que significa tener un propósito para la conversión.
En tanto, en la parroquia San José Obrero de la colonia El Pedregal, los fieles acudieron puntuales para tener la oportunidad de recibir la ceniza.
El vicario del templo, Jorge Palacios, recalcó que la Cuaresma es un tiempo de cambio en el que hay que buscar una Honduras más unida y menos dividida por la violencia y el odio.
“Necesitamos llenar de esperanza a los demás, a quienes se encuentran tristes, sin empleo, por la enfermedad o porque lo han perdido todo por la naturaleza”, afirmó Palacios.
“Seamos maestros de la fe, constructores de una Honduras nueva. Estamos viviendo en carne propia tantas situaciones difíciles”, reconoció Palacios.
Un rito diferente, la misma fe
En las diferentes parroquias de la ciudad se realizaron varias modalidades para el rito de la ceniza, pero siguiendo la modificación que hizo el Vaticano de evitar el contacto directo.
La mayoría de sacerdotes esparció sobre la cabeza de cada fiel la ceniza seca, otros entregaron en bolsas plásticas la ceniza bendita y en unas pocas parroquias se optó por hacer la cruz en la frente