¿Hay un efecto real?
El color nos afecta en todos los niveles: emocional, físico y mental. Es lo primero que nuestro cerebro registra antes que las formas o textura. La parte de nuestro cerebro que registra el color está en el sistema límbico, que maneja nuestras respuestas emocionales. En ese sentido, el color es emoción y al descubrir cómo nos afecta, podemos aprender a usarlo con un efecto positivo para crear un hogar armonioso, fomentar determinados estados de ánimo, inducir una sensación de bienestar y también provocar comportamientos particulares.