Asesinan a taxista en centro de la capital
Sicariato El crimen lo habría cometido un hombre en motocicleta, vehículo que fue abandonado cerca de la escena
La vorágine de violencia cobró la vida de otro taxista en la capital de la República y la población se pregunta cuándo van a parar estos crímenes, pero nadie da una respuesta contundente sobre esta situación.
Como casi todos los días de los últimos diez años de su vida, Jadvier Cristino Osorio Cruz salió desde muy temprano de su casa a bordo de su unidad de taxi para llevar el pan de cada día a su hogar.
Después de hacer varios recorridos entre la colonia Kennedy y el centro de la ciudad, ruta que recorría a diario por trabajar en el punto de taxis colectivos de la populosa colonia capitalina, Jadvier Cristino se aprestaba a tomar un nuevo turno en la estación del centro.
Eran aproximadamente las 9:00 de la mañana del jueves. El ruletero estaba a sólo unas cuadras de llegar al punto de taxis del barrio El Centro, pero cuando transitaba frente a las vetustas instalaciones de la antigua Penitenciaría Central (PC), en el barrio La Hoya, un sujeto a bordo de una motocicleta se puso al par del taxi, sacó un arma de fuego y comenzó a disparar contra la humanidad del motorista.
Cinco proyectiles impactaron en su cuerpo, dos en el tórax y los demás entre su costado izquierdo y uno de sus brazos, los que le quitaron la vida casi en el instante.
El taxi con registro 2363 quedó varado frente al antiguo centro penal, mientras que el joven de 29 años expiraba frente al volante de su carro.
El sicario siguió su marcha con rumbo al casco histórico de la capital, tras haber logrado su objetivo, pero la premura que llevaba por escapar de la zona hizo que perdiera el control de la motocicleta y volcara sobre una acera. El vehículo de dos ruedas, color azul, marca Génesis, con placas BAO 1990 quedó tirado en una de las estrechas calles contiguo al parque Finlay, a solo unas cuadras de donde se produjo el crimen. El gatillero huyó del lugar sin que ninguna autoridad pudiera arrestarlo, a pesar de ser un lugar muy transitado.
Luego de conocida la noticia, sus propios colegas de rubro fueron los primeros en llegar al lugar; luego la compañera de hogar de Jadvier Osorio, quien al reconocer el taxi desde lejos no pudo contener su llanto.
No sirve de mucho exigir
“Aunque pidamos justicia para mi hermano, eso no va a suceder”, lamentó la hermana mayor de Jadvier Osorio al llegar a reclamar el cuerpo de su familiar a la morgue del Ministerio Público.
Contó que tenía más de diez años de laborar en el transporte público y que era propietario de varios taxis del punto de la Kennedy.
El fallecido era originario de la capital y padre de dos niños, de uno y cinco años, respectivamente