La caída de dos heroínas
La revelación de que las fiscales Rocío Sánchez Saavedra y Sandra Castro Castillo se reunieron el año 2018 con el entonces presidente de la República, Martín Vizcarra, ha golpeado al Ministerio Público y la comunidad jurídica, pues es un acto que pone en duda la separación de poderes y la independencia de las investigaciones del caso Cuellos Blancos del Puerto. Golpea más que esta reunión se conozca por una rencilla personal entre ambas, lo que les impide dar una debida justificación y ofrecer las necesarias disculpas al país y a sus colegas. Si por transparencia ambas habrían salido a explicar que en determinada circunstancia tomaron la decisión de reunirse con el presidente para salvar la investigación, se podría entender lo que hicieron.