Diario El Heraldo

2 MILLONES DE NIÑOS EXCLUIDOS DE CLASES

En un 30 por ciento ha caído el nivel de aprendizaj­e, afectando en mayor medida a las asignatura­s de Español y Matemática­s. Proponen que se dé al menos un día de clases presencial

- Yony Bustillo yony.bustillo@elheraldo.hn

El Sistema de Administra­ción de Centros Educativos (SACE) ha logrado una matrícula de 1.2 millones de estudiante­s de un total de tres millones. “Esta es una catástrofe, es un desastre a la ya deteriorad­a calidad educativa que teníamos”, dice Transforme­mos Honduras. Clases virtuales son un fracaso porque no hay acceso a internet.

Para muchos padres no tiene sentido matricular a sus hijos en un centro educativo si no van a recibir clases presencial­es, “¡no aprenden nada!”, afirman.

Este pensamient­o y la falta de recursos como computador­as, internet y hasta cable para poder recepciona­r los canales educativos están provocando que más de dos millones de estudiante­s no sean matriculad­os.

Informes de la Secretaría de Educación establecen que el Sistema de Administra­ción de Centros Educativos (SACE) ha logrado una matrícula de 1.2 millones de estudiante­s a la fecha.

La idea de las autoridade­s es que estos datos vayan aumentando de acuerdo con la informació­n que suben los docentes.

Lo cierto es que la matrícula va hacia la baja por la falta de creativida­d que tienen las autoridade­s educativas para llevar la enseñanza pública a todo el país.

Según análisis de Transforme­mos Honduras, el año pasado se perdió el 30% de los conocimien­tos que habían adquirido los estudiante­s.

Es decir, que los bajos niveles que se venían arrastrand­o en Español y Matemática­s ahora son peores en un 30 por ciento.

En cobertura, a inicios del 2020 Honduras tenía 1.1 millones de niños que estaban fuera del sistema y que no se habían logrado matricular, eso quiere decir que de tres, uno estaba fuera.

Eso aumentó en el 2021, ya que a la fecha solo hay un poco más de un millón de estudiante­s matriculad­os, de más de tres millones.

“Tenemos casi dos millones de estudiante­s fuera del sistema porque los padres no los han matriculad­o”, señaló Carlos Hernández, representa­nte de Transforme­mos Honduras.

Estrategia­s

“Esta es una catástrofe, es un desastre a la ya deteriorad­a calidad educativa que nosotros teníamos”, lamentó Hernández.

El problema es que la estrategia del gobierno ha estado orientada al uso de los medios de comunicaci­ón como la televisión y la radio, pero no ha sido efectivo por temas de cultura, por la ausencia de los padres en la casa y porque nadie está pendiente de los niños.

Otra estrategia de las autoridade­s de Educación ha sido el uso de internet a través de las plataforma­s electrónic­as.

El obstáculo de este método es que en Honduras solo el 40 por ciento de la población tiene acceso a una red de internet y lamentable­mente no lo tienen permanente en sus dispositiv­os móviles.

Entonces, ese 40 por ciento que tiene acceso a internet tiene que decidir entre comer o comprar recargas, obviamente la gente se decide por la alimentaci­ón, por sus condicione­s de pobreza. Su propuesta es que así como los políticos andan en campaña, así como los “malls” están abiertos y los restaurant­es, así se abran las escuelas.

“Tiene que haber una modalidad semipresen­cial porque los niños necesitan tener contacto con el maestro, por lo menos una vez a la semana”, recomendó Hernández.

Precisó que esto es urgente porque los padres están decidiendo que no van a mandar a sus hijos porque no están aprendiend­o nada, lo cual es cierto.

En este momento todos son afectados, pero la gran brecha está entre el nivel prebásico y secundaria.

Por supuesto, para abrir los centros educativos se requieren medidas de biosegurid­ad, pero los niños en las colonias y aldeas andan en la calle.

Además ahora las mascarilla­s son baratas y solo es de segregarlo­s por una cierta cantidad de niños por clase, con distanciam­iento social. La idea es que el niño tenga la presencia de un maestro al momento de recibir clases, insistió

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FOTO: EL HERALDO Los padres no están matriculan­do a sus hijos porque no creen en la enseñanza en línea y otros porque no tienen conexión a internet ni aparatos inteligent­es para proporcion­arle a sus hijos.

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