Día de las Américas
La desunión entre las naciones latinoamericanas es actualmente más profunda que nunca, en sus relaciones bi y multilaterales, por consideraciones políticas, comerciales, ideológicas. Esto no es algo reciente, encuentra antecedentes en la ruptura y dispersión de bloques de naciones, originalmente integradas: la República Federal de Centroamérica, la Gran Colombia, la Confederación Peruano-boliviana, en el siglo XIX.
En el XX y XXI, el Mercado Común Centroamericano, la Comunidad Andina de Naciones, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños colapsaron o se encuentran en fase terminal.
“La particularidad del presente latinoamericano es que la región en su conjunto enfrenta mal parada esta marea de transformaciones sistémicas, tras un proceso largo y gradual de pérdida de gravitación internacional, dividida y fragmentada, sin voz y sin mecanismos funcionales de articulación ni liderazgos para encabezar la acción colectiva” (Guadalupe González, Nueva Sociedad, No. 291, enero-febrero 2021).
En lo relativo a las relaciones con Washington también evidencia la ausencia de consensos mínimos: aquellos países gobernados por regímenes centristas y derechistas, con el afán de congraciarse con la superpotencia, buscan de diversas maneras —lindando con el oportunismo—, “quedar bien” con el Coloso del Norte, por ejemplo, en el tema migratorio, evidenciado durante ocupó el Poder Ejecutivo el presidente Trump. Tanto México como Guatemala, El Salvador y Honduras acataron incondicionalmente lo dispuesto en la Casa Blanca. Igual actitud complaciente ocurrió con el envío de tropas extranjeras, bajo el manto de la Fuerza Interamericana de Paz, para impedir el retorno al poder del mandatario Juan Bosch, derrocado por un golpe de Estado, en 1965.
La hostilidad hacia regímenes autoritarios, particularmente Venezuela, es otro motivo de polarización en el hemisferio occidental, que encuentra antecedente con la ruptura de relaciones diplomáticas con la Cuba revolucionaria, a excepción de México, con el propósito de bloquear la economía insular, provocando el colapso del régimen. Cuando ello no suse cedió, se procedió a invadirla, previo entrenamiento de cubanos disidentes en Guatemala y Nicaragua. Hoy, la elección del actual presidente del BID, cargo tradicionalmente ocupado por un latinoamericano, hasta que Trump impuso a su candidato y compatriota, nuevamente evidenció la desunión para presentar un frente común.
El actual secretario de la OEA, por su parte, ha terminado de desprestigiar a esta organización, con sus posturas arribistas, interesadas, más que todo en su reelección en el lucrativo cargo. Lejos de buscar acuerdos, ha contribuido a desunir aún más a los países al sur del río Grande, actuando de manera totalmente sesgada. Las visiones unitarias de Valle, Bolívar y Martí han sido eliminadas del ideario y praxis del Nuevo Mundo
La desunión entre las naciones latinoamericanas es actualmente más profunda que nunca...”.