Guanaja clama que no la olviden
Han pasado ya más de dos semanas de que un incendio destruyó el 30% de la cabecera municipal de Guanaja, y los trabajos de reconstrucción caminan lentamente. Los damnificados del cayo Bonacca remueven los escombros con sus manos, y con lo que tienen a mano, mientras esperan la cacareada ayuda que el gobierno central anunció horas después de sucedido el desastre.
Periodistas de nuestra casa editora han constatado en el sitio las condiciones precarias de vida de los más de 2,500 damnificados, la mayoría de los cuales se encuentran dispersos en la isla, sobreviviendo con el apoyo de las autoridades locales, empresarios y familiares.
Las condiciones sanitarias son también adversas, los sistemas de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica están dañados; niños y niñas se quedaron sin educación.
Las autoridades locales demandan de un plan de ayuda y la población espera que los anunciados planes de reconstrucción se ejecuten en el menor tiempo posible, pues no tienen donde vivir y carecen de trabajo y fuentes de ingreso para reconstruir sus viviendas por sí solos y alimentarse.
La situación demanda que los damnificados por el incendio no sean olvidados y que las promesas de ayuda se concreten rápidamente, que no vaya a suceder como con los damnificados de los huracanes Eta y Iota en la región norte, y en tierra firme donde las condiciones para hacer llegar la ayuda eran más favorables, que un año después del desastre natural que les dejó en la calle, siguen viviendo en la calle, esperando la ayuda ofrecida.
Que la campaña política y el cercano cambio de gobierno no sea obstáculo para llevar la ayuda requerida por los compatriotas de ese pequeño territorio insular, que requieren de ayuda no solo para reconstruir sus viviendas, sino que también sus vidas