Víctor Meza (1945-2022)
Honduras ha perdido físicamente a un sólido hombre de letras, dueño de alta capacidad analíticainterpretativa, que le permitía integrar en sus escritos causales diversas y su recíproca interrelación. Poseedor de prosa contundente, exenta de dogmatismo, a ratos irónica, con frecuentes referencias a poetas, ubicaba hechos y circunstancias en contexto.
Dejemos que sea él quien se refiera a las influencias ideológicas recibidas del pensador Ernest Mandel: “Conocer y leer sus textos de Economía
Política fueron para mí como una bocanada de aire fresco, un saludable impulso de nuevo vigor intelectual, alejado de y confrontando ya con los viejos moldes... solo vino a culminar en la Economía lo que Isaac Deutscher había significado en mis ideas políticas y en mi valoración individual de la historia del comunismo... por lo tanto, leer a Mandel, después de haber conocido y abrevado en la obra deustcheriana, era así como una consecuencia inevitable, una desembocadura lógica en la ruta del pensamiento marxista”.
En mi Diccionario de Escritores Hondureños afirmé: “Continua en la tradición periodística de Paulino Valladares, Salatiel Rosales, Medardo Mejía y Ventura Ramos en su enfoque de situaciones y personajes hondureños y extranjeros”.
Estudiando en la Universidad Patrice Lumumba en Moscú la carrera de Derecho Internacional analizó a la sociedad soviética, concluyendo que la élite en el poder se había convertido en la “nueva clase” privilegiada de diversas maneras, con beneficios de los cuales estaban exentos los pueblos integrantes de la URSS. Sus críticas al sistema imperante le provocaron la expulsión y su retorno a Honduras, con estadías previas en diversas naciones europeas y latinoamericanas que lo pusieron en contacto con culturas y sistemas políticos diversos, asimilando experiencias existenciales, políticas e ideológicas que reforzaron sus conocimientos. Durante años laboró en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAH para posteriormente fundar el CEDOH, contando con el apoyo de un valioso equipo de colaboradores, produciendo libros de autoría individual y colectiva, análisis de coyuntura, boletines, enfocando temáticas tales como democratización, militarización, seguridad, Estado y sociedad, régimen policial, institucionalidad, gobernabilidad, corrupción e impunidad, poderes fácticos, partidos políticos, medios de comunicación masiva, elecciones, divulgando al interior y exterior del país información puntual y veraz, captando el “espíritu de los tiempos”, en época en que muchos escritores se llamaban a silencio cómplice, o, peor aún, en colaboradores.
Así, se supo de lo que estaba sucediendo en la “década pérdida”, y subsiguientes, con violaciones a los derechos humanos, intervenciones militares foráneas, manipulación de la soberanía nacional, deterioro en la precaria condición material de sus compatriotas, acarreándole alta credibilidad.
Su sentido de la amistad trascendió filiaciones políticas, revelando una mentalidad receptiva a posiciones ideológicas distintas a las de él, en juego mental dialéctico que las comparaba y contrastaba para estar permanentemente actualizado. Gran lector, conversador, vivió a plenitud de manera intensa y fecunda hasta el final de sus días
Vivió a plenitud de manera intensa y fecunda”.