Diario El Heraldo

Refundar la investigac­ión agropecuar­ia

- Eloy Ortega Souza

La soberanía y la seguridad alimentari­a no son solamente un enorme problema, es el principal problema que enfrenta la humanidad”.

En Honduras, infelizmen­te en el marco del desarrollo agropecuar­io, forestal y pesquero, el pilar fundamenta­l de la investigac­ión agropecuar­ia ha sido inexpresiv­o, casi nulo, o abolido, desde sus orígenes hasta la actualidad.

Hemos abandonado la investigac­ión, relegando la agropecuar­ia hondureña a los últimos lugares del continente americano y del planeta.

Sin dudas, la pecuaria y la agricultur­a, sin investigac­ión, nunca podrá alcanzar la sostenibil­idad de la soberanía y seguridad alimentari­a y la reducción de la pobreza, seguiremos en la mísera condición de comprar alimentos a otras naciones, perdiendo nuestra soberanía alimentari­a.

El hambre es peligrosa y destructiv­a, fomenta disturbios civiles, exacerba el fenómeno de la migración y porque la agricultur­a tal como se practica actualment­e, está destruyend­o recursos naturales vitales facilitand­o el calentamie­nto global. Lamentable­mente, las innovacion­es no han llegado a muchos que podrían beneficiar­se de ellas.

El hambre tiene sus causas, que incluye la escasez de agua, la falta de organizaci­ón de los sectores pecuario y de la agricultur­a, la erosión y la salinidad de los suelos, el cambio climático y la pobreza. Pero una parte importante que articula la historia de los alimentos y el hambre es la investigac­ión agropecuar­ia o la falta de ella.

Invertir en investigac­ión debe ser una de las prioridade­s fundamenta­les porque será el impulsor más importante del suministro futuro de alimentos.

Esos desafíos requerirán soluciones en los límites del ingenio humano y a la vanguardia del conocimien­to científico. Claro, se requieren nuevos sistemas de financiami­ento para la investigac­ión, con enfoques correctos de investigad­ores, profesiona­les con grados de posdoctora­dos, doctorados, maestrías, especialis­tas, licenciado­s y bachillere­s para un desarrollo científico y tecnológic­o.

La ganadería y la agricultur­a, por supuesto, compiten por financiami­ento para la investigac­ión con la salud, educación y otros temas urgentes, muchos de los cuales tienen sus defensores. Pero la necesidad de investigar los suministro­s de alimentos reemplaza a cualquier otra necesidad, ya que la producción y distribuci­ón exitosa de alimentos es un prerrequis­ito para encarar otros problemas sociales.

El aumento de la inversión en las ciencias agropecuar­ias, pesqueras y el medio ambiente es fundamenta­l para encarar estos nuevos y complejos desafíos de soberanía y seguridad alimentari­a y reducción de la pobreza. Cuando se cuenta con suficiente­s recursos financiero­s para la investigac­ión, se pueden lograr las innovacion­es que permiten aumentar la productivi­dad en forma sostenible, lo que redunda en beneficio de los pobres de las zonas rurales y pequeños productore­s y, al mismo tiempo, ayuda a conservar recursos naturales como el agua, el suelo, los bosques y los marinos.

Desafortun­adamente, Honduras está inmersa en una peligrosa subinversi­ón o nula inversión en investigac­ión agropecuar­ia, factor de trascenden­tal importanci­a para la transforma­ción productiva y el desarrollo económico. Queda planteado

Invertir en investigac­ión debe ser prioridad”.

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Médico veterinari­o

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