Autoexpulsión cachureca
El Partido Nacional expulsa al diputado Rolando Barahona. “Traicionó a más de 59 mil nacionalistas de Comayagua”, dijeron las autoridades. Fue expulsado por un periodo de ocho años y quedó desautorizado para representarlo en procesos electorales o ejercer cargos de dirección interna.
Yo me pregunto, ante la expulsión del diputado Barahona, ¿y será que hay motivos para expulsar a otros miembros que ya fueron sentenciados o que serán juzgados en cortes nacionales o de Nueva York tomando en cuenta la vergüenza que le han traído al partido, y lo hacen cada vez que en esas cortes se menciona a la institución como narco partido político? ¿Y qué tal de aquellos que perdieron la supremacía que el partido tenía en ciudades importantes como la capital por su comportamiento público inadecuado en concentraciones políticas o brindando entrevistas presentándose en condiciones de enajenación, aun cuando son la máxima autoridad del partido, dando un mal ejemplo a las nuevas generaciones? En tiempos del internet esos videos quedarán subidos ahí para in sécula seculórum y no serán olvidadas esas acciones, como algunos creen, en cinco años. Un diputado debe tener criterio propio y no ser un robot que obedece la línea de otros que quizás le han hecho mucho más daño al partido, y lo siguen haciendo cada vez que comparecen en los medios de comunicación, pues están asociados directamente con el protagonista del periodo más oscuro del partido de la estrella solitaria y tan solo verlos como voceros, tanto nacionalistas como votantes de otros partidos mejor cambian de canal o apagan su receptor, así como en noviembre de 2021 cambiaron también su forma de votar.
Una autoexpulsión masiva de cachurecos sería muy saludable para el Partido Nacional de Honduras. Como dice el periodista y diputado Jorge Zelaya: “Mejor háganse a un lado”.