Hasta el 26 de agosto el
Hace dos décadas Darvin Rodríguez colgaba su primera pieza. No fue una prueba, ni un tanteo. Era una convicción inequívoca. Dio un paso radical en su concepción y, sin pretenderlo, “el aporte que le ha dado a la gráfica hondureña es inconmensurable; su dibujo y su pintura no se regodean en su exquisita técnica, al contrario, su propuesta descansa en un arte que examina con una ironía demoledora todo lo que ve”, valora el crítico de arte Carlos Lanza.
En su obra homónima —presentada del 26 de mayo al 26 de agosto en el Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH)— Rodríguez condensa dos décadas sinuosas pero complejas en su evolución y notorias en resultado. Esta muestra, según su creador, se articula a través de ejes conceptuales y poniendo acento en las líneas de interés común. “Estamos frente a una gráfica que no da concesiones, en cada imagen bien definida, moldeada con una técnica exigente, hay un tejido de lo real que explota, que hiere, que denuncia, que desgarra y que, mediante estas circunstancias de su obra, exhibe a un país que nos negamos a ver”, añade el crítico sobre el trabajo de Rodríguez, quien se desdobla con EL HERALDO.
Centro de Arte y Cultura de la UNAH acoge la obra del artista.
Hábleme de su muestra... Es una muestra que encierra dos décadas (2001-2022, en específico) de mi producción. Una muestra de 22 obras —en un inicio pensada para 27—, que compila algunos de mis trabajos y que, a su vez, permite hacer una lectura de mí, de mi visión del mundo, e incluidas ahí temáticas y técnicas que suelo abordar. En esencia, está dividida en bloques conceptuales: pop, escultura, espejismo y rapaces.
¿Cuál diría que es su mayor habilidad y cómo la ha ido perfeccionando en estas últimas dos décadas?
Más allá de un mero dominio técnico, diría que es la capacidad de saber conceptualizar mis obras. Y la forma en que he ido perfeccionando es gracias a esa habilidad aprendida de saber cómo o de qué manera los componentes (plásticos, retóricos, conceptuales y contextuales de la obra) dialogan entre sí y con el contexto de referencia.