Violencia inaceptable
Los índices de violencia en Honduras siguen al alza y son inaceptables. La situación de inseguridad demanda de acciones urgentes por parte de las autoridades competentes; de delinear políticas urgentes encaminadas a salvaguardar la seguridad y la vida de la población, que está obligada a salir de sus hogares a ganarse la vida.
No se puede seguir solo contando la muerte de niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres. El asesinato de dos hermanos de 12 y 14 años en la comunidad de La Laguna, El Paraíso, Copán, es uno de los casos que alarma a la población por la crudeza con la que se cometió el crimen. Los niños desaparecieron de su hogar y horas después fueron encontrados en medio de unos matorrales con señales de haber sido abusados sexualmente. Doloroso, inaceptable.
Pero este es, desgraciadamente, un caso más, pues muchas personas más están siendo víctimas de los sicarios que “trabajan” impunemente en todo el territorio nacional, de mujeres que mueren por no dejarse abusar sexualmente, de personas que son asaltadas en las calles, en el transporte urbano, de muchas más que están siendo secuestradas y de otras que se enfrentan a diario al creciente delito de la extorsión.
Con todo lo que sucede, queda evidenciado que las políticas de seguridad que se están implementando son un fracaso y que demandan una revisión e implementación de mecanismos que realmente sean eficaces.
Es urgente que la institucionalidad funcione; que se ataquen las causas que generan la violencia, la delincuencia, la inseguridad, que se implementen políticas de prevención, que funcione la policía de investigación, que los tribunales actúen y castiguen a los responsables de estos hechos. No se trata de dar a conocer cifras para hacer creer que el número de homicidios ha caído, sino de actuar para proteger la vida de las personas ahora, no mañana