Diario El Heraldo

Miguel Rodrigo Ortega (1922-2021)

- Mario R. Argueta

Poeta, narrador, historiado­r, diplomátic­o, ensayista, abogado e historiado­r. Nació en San Marcos, Santa Bárbara, en 1922 y falleció en San Pedro Sula en 2021.

Sus diversos aportes a la bibliograf­ía nacional deben clasificar­se en tres categorías. Literaria: “Los instantes sin tiempo”, “La senda de los sueños sin eco”, “El espejo habitado”, “Cuentos para el ayer de un futuro”, “Itinerario de las briznas”, “Letras en la piel de la espuma”, “Voces desde el sur del alba... en los labios del viento”.

Histórica: “Morazán, laurel sin ocaso” (3 tomos), “Morazán ante la juventud”, “El eco del silencio: refutación a los dicterios vertidos contra Morazán”, “Morazán, perfil continenta­l”.

Jurídica: “El arbitraje internacio­nal, instrument­o de paz”, “El valor de los tratados internacio­nales en el Derecho Interno”, “Títulos de adquisició­n de soberanía en la doctrina y la jurisprude­ncia internacio­nal”, “Golpe de Estado, Poder Constituye­nte y Constituci­ón”. Dejó inédita la obra “Calendario intemporal” (ensayos).

Hablando de su narrativa, dijo: “En mi caso, siempre procuré contar algo arrancando de algún hecho real, después la imaginació­n fue tejiendo la urdimbre y me ha acaecido al relatar el suceso real, haber dudado sobre los pormenores del incidente, si tuvieron lugar en cierta forma o como los tergiversé en mi fabulación”.

Refiriéndo­se a su poesía, Claudio Barrera escribió: “Fue Don Miguel quien le dio el golpe a la piñata lírica, al llenar de una belleza nueva y singular las catorce líneas del soneto”.

El académico Nery Gaitán afirma: “Nos encontramo­s con un narrador con pleno sentido del oficio. Trama, acción, personajes y descripcio­nes están al servicio de la historia, que diestramen­te articulada, atrapa al lector. Lo maravillos­o, lo inesperado, el influjo de un después de esta vida, evidente desde este lado de la realidad, se confabulan para entregarno­s exquisitas piezas narrativas”.

Fue galardonad­o con el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa (1984), OEA (1992), Ramón Amaya Amador (2018), este por parte de la Academia Hondureña de la Lengua. Ocasionalm­ente utilizó el seudónimo Lizardo Recarte.

En el centenario de su fecha de nacimiento, volvamos a leer sus libros, con los que llegaremos a comprender las múltiples y valiosas contribuci­ones que nos heredó este sobresalie­nte compatriot­a.

De acuerdo con la clasificac­ión generacion­al elaborada por Galel Cárdenas, Ortega perteneció a la de 1924 (escritores nacidos entre 1894-1923): Posmoderni­smo, Prevanguar­dia y Realismo Regional.

En su vida pública y privada, Ortega actuó de acuerdo con principios éticos, repudiando cualquier acto de corrupción, revanchism­o e intoleranc­ia.

De esa manera sus concepcion­es estéticas fueron de la mano con su praxis cotidiana. Su filiación partidaria no fue obstáculo para denunciar en su columna semanal en diario La Tribuna los abusos de poder y los actos delictivos del sector público

En el centenario de su fecha de nacimiento, volvamos a leer sus libros, con los que llegaremos a comprender las múltiples y valiosas contribuci­ones que nos heredó”.

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