Somos migrantes, no delincuentes
El Conadeh ha propuesto al gobierno amnistía migratoria para los extranjeros que en número creciente ingresan al territorio nacional. En 2021 la cifra ascendió a 17,000 migrantes adultos e infantes, durante los primeros cinco meses de este año su número se ha duplicado, confirmando el deterioro en las condiciones de vida de las personas procedentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Haití y naciones africanas, cuyos respectivos sistemas han colapsado con elevados y crecientes niveles represivos, inseguros y fallidos, con ausencias de oportunidades y fuentes de empleo, sin ofrecer a sus ciudadanos respuestas de corto y mediano plazo a sus legítimas expectativas, concluyendo que la única opción disponible consiste en abandonar sus hogares y adentrarse en lo desconocido, con mayores posibilidades de perder la vida en el trayecto, algo similar a lo que ocurre con miles de nuestros compatriotas. La solidaridad, el humanismo y la compasión deben priorizar las políticas oficiales en esta temática antes que el ingreso de sumas monetarias a sus arcas; de hecho, la actual administración ha incrementado el monto de la multa que deben cancelar antes de ser autorizados a continuar su periplo hacia Norteamérica.
Debe recordase que los migrantes poseen derechos inalienables: a libre tránsito, a la seguridad jurídica y debido proceso a la atención consular, a no ser discriminados, a asilo y refugio, a la protección de la unidad familiar, a dignidad, a no ser criminalizados. Así como exigimos salvaguardas para nuestros migrantes, igualmente debemos aplicar esta actitud a todo ser humano que ingresa a nuestro suelo. El mismo sistema político y económico que expulsa a miles de compatriotas es el mismo que se lucra con las remesas millonarias que llegan a Honduras a diario. En tanto la clase pudiente nacional exporta parte de sus capitales al exterior, la clase pobre residente en otras naciones envía parte significativa de sus ingresos a sus familiares en su patria originaria. Una evidente y dolorosa paradoja