Ataque ruso deja 13 muertos en centro comercial ucraniano
Ayuda El G7 se comprometió ayer a apoyar a Ucrania el tiempo que sea necesario y prometió más sanciones contra Rusia
Un misil ruso se abatió ayer sobre un centro comercial dejando al menos 13 muertos y 40 heridos en el centro de Ucrania, en momentos en que el presidente ucraniano pedía a los dirigentes del G7, reunidos en Alemania, “un apoyo pleno, total” para “poner fin a la guerra”.
El conflicto armado entre rusos y ucranianos inició el pasado 24 de febrero y ya deja más de 60,000 muertos. “Este terrible ataque muestra una vez más las profundidades de crueldad y barbarie adonde está dispuesto a caer el dirigente ruso”, comentó desde el G7 el primer ministro británico Boris Johnson, quien añadió que este tipo de agresión “solo refuerza la determinación” de los occidentales de ayudar a Ucrania.
Hay “13 muertos y más de 40 personas resultaron heridas. Esta es la situación actual en Kremenchuk a causa del bombardeo con un misil”, indicó Dmytro Lunin, que dirige el gobierno regional de Poltava, donde se sitúa esta ciudad que antes de la guerra tenía 220,000 habitantes. El ataque fue calificado ayer de “totalmente execrable” por el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
“El mundo está horrorizado” por el ataque ruso contra un centro comercial en Ucrania, aseguró por su lado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Ataques en Járkov
Asimismo, nuevos bombardeos rusos contra Járkov, en el noreste de Ucrania, dejaron ayer cuatro muertos y 19 heridos, entre ellos cuatro niños, según el gobernador local Oleg Sinegubov. “El enemigo aterroriza deliberadamente a la población civil”, escribió en Telegram.
Desde Alemania, los líderes del G7 se comprometieron ayer a apoyar a Ucrania “el tiempo que sea necesario” y prometieron más sanciones contra Rusia.
El G7 seguirá “dando apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático” a Ucrania “el tiempo que sea necesario”, según una declaración común publicada en la cumbre que se celebra en el castillo Elmau en Baviera. Los dirigentes del G7 calificaron de “crimen de guerra” y ataque “abominable” el hecho donde resultaron 13 personas muertas y 40 heridas. “Los ataques indiscriminados contra civiles inocentes constituyen un crimen de guerra”, declararon los dirigentes.
Al hablar por videoconferencia en la reunión, el presidente ucraniano Volodomir Zelenski, instó a “hacer lo máximo” posible para terminar antes de fin de año la guerra y evitar “la dureza del invierno ucraniano” que hace más difícil combatir. Zelenski, quien participará también en la cumbre de la OTAN en Madrid hoy, pidió además a los líderes de las siete potencias democráticas más ricas del planeta (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón y Canadá) “intensificar las sanciones” contra Rusia.
Ayudar a Ucrania
El G7 también quiere “coordinarse para utilizar los aranceles aduaneros sobre los productos rusos para ayudar a Ucrania”, a partir de tarifas más altas, indicaron sus líderes. “Seguiremos aumentando la presión sobre Putin. Esta guerra debe terminar”, tuiteó el jefe de gobierno de Alemania, Olaf Scholz. Los líderes del G7 también expresaron su “profunda preocupación” tras el anuncio de que Rusia podría transferir misiles con capacidad nuclear a Bielorrusia.
A la vanguardia del apoyo a Ucrania, Estados Unidos contempla suministrar a Ucrania un sofisticado sistema de misiles tierra-aire, indicó una fuente que calificó esa iniciativa como “prioridad” para el presidente Joe Biden.
La OTAN se refuerza
La cumbre del G7 estará seguida de una reunión de la OTAN en Madrid, que estará centrada en la situación en Ucrania. Ayer, la Alianza Atlántica anunció que aumentará sus tropas en situación de alta disponibilidad a “más de 300,000 combatientes” (en comparación con los 40,000 actuales) y que enviará más armamento pesado a su flanco oriental. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que estas medidas “constituyen la mayor revisión de nuestra defensa y presencia colectiva desde la Guerra Fría”.
Por otro lado, a medida que la guerra se prolonga, su impacto en otros países se ha intensificado, con el alza de los precios de los alimentos y la energía que impulsa la inflación mundial y aviva los temores de recesión