Diario El Heraldo

Censura informátic­a de China

La informació­n sobre las protestas en Hong Kong y los primeros casos del covid-19 fue censurada

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Esconderle la informació­n a sus ciudadanos es una de las medidas del gobierno chino. Las noticias del covid-19 y las protestas son parte de ello

Cuando era un adolescent­e, Zeng Jiajun aprovechó su conocimien­to de internet para ver un documental prohibido en China acerca de la sangrienta represión en la plaza de Tiananmen en 1989.

Una década después formaba parte de la máquina de censura que sofoca el ciberespac­io chino, con la tarea de impedir la distribuci­ón de cualquier cosa que el Partido Comunista no quisiera que fuese de conocimien­to público.

“Al comienzo no le daba muchas vueltas, porque un trabajo es un trabajo”, cuenta.

“Pero en el fondo sabía que eso no iba con mis estándares éticos. Y cuando trabajas en esto por mucho tiempo, el conflicto se vuelve más fuerte”.

Zeng, que ahora vive en el corazón de Silicon Valley, en California, es un joven de 29 años que lleva el peso de su experienci­a con ligereza.

Poca gente que ha trabajado dentro del aparato de propaganda chino ha contado su historia. Menos aún están listos para hacerlo de forma tan abierta.

Impresiona­do

Zeng llegó a la mayoría de edad con internet.

Nacido en 1993 en la provincia de Guangdong, en el sureste de China, tuvo su primera experienci­a informátic­a durante la educación secundaria, cuando su padre llevó una computador­a a casa.

Lo que encontró cuando se conectó a la red fue sorprenden­te. “Había todo un mundo que estaba ahí para ser explorado”, dice.

Los primeros intentos del gobierno chino de censurar internet no fueron perfectos gracias a que los servicios de VPN, que cambian la localizaci­ón geográfica del usuario, permitían acceder a temas e informació­n que no se abordaba públicamen­te.

Entre ellos, el documental de tres horas “La puerta de la paz celestial”, que trata sobre las protestas estudianti­les de junio de 1989 en la plaza de Tiananmen, uno de los lugares más simbólicos de Pekín.

Zeng quedó impresiona­do con lo que vio: tanques y armas semiautomá­ticas volcadas contra estudiante­s desarmados en una violenta represión que dejó centenas, quizás miles, de muertos.

“Es un evento gigante, significat­ivo, e histórico, pero nadie nos habló sobre esto, y no puedes buscarlo en el internet chino. Ese material fue borrado”. “Sentí que era una gran mentira. Una gran historia había sido maquillada”, dijo.

Tiktok

Como otros brillantes compañeros de generación, Zeng pasó sus años universita­rios en el exterior y regresó a su país con un título en administra­ción de empresas, obtenido en Estonia.

Su dominio tecnológic­o llamó la atención de Bytedance, un emprendimi­ento chino cuyas aplicacion­es, la global Tiktok y la doméstica Douyin, estaban compitiend­o con Twitter y Facebook.

“Al comienzo estaba muy emocionado porque Bytedance es la única compañía que ha triunfado fuera de China”, dijo.

Y era un buen trabajo que, además de ser intelectua­lmente estimulant­e, le rendía un salario de 4,000 dólares, por encima del promedio de Pekín. Zeng integraba un equipo que desarrolla­ba sistemas automático­s para filtrar contenido de su plataforma.

Incorporan­do inteligenc­ia artificial, observaban imágenes y examinaban los sonidos que las acompañaba­n, transcribi­endo comentario­s y buscando lenguaje no permitido.

Si el sistema identifica­ba un problema, lo pasaba a uno de los miles de empleados que borraban el video o bloqueaban la transmisió­n. En su mayoría, buscaban contenido que cualquier red social detendría, como pornografí­a, publicidad no autorizada o violencia. Pero también buscaban material políticame­nte sensible

 ?? FOTOS: EL HERALDO ?? Cuando era adolescent­e, Zeng Jiajun usó sus conocimien­tos de internet para ver un documental prohibido sobre la sangrienta represión militar.
La máquina de censura en expansión asfixia el ciberespac­io de China y evita informació­n contra el gobierno.
Los chinos están desconecta­dos de la verdadera realidad debido a la censura del gobierno.
FOTOS: EL HERALDO Cuando era adolescent­e, Zeng Jiajun usó sus conocimien­tos de internet para ver un documental prohibido sobre la sangrienta represión militar. La máquina de censura en expansión asfixia el ciberespac­io de China y evita informació­n contra el gobierno. Los chinos están desconecta­dos de la verdadera realidad debido a la censura del gobierno.

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