Corrupción y esperanza
Leer noticias de corrupción ya no es nada extraño en nuestro país. A más de un año de salir a luz pública el robo más grande de la historia en Honduras, “el saqueo del Seguro Social”, siguen incautando bienes. Cómo es posible que desde mucho tiempo estas personas estaban cometiendo estos actos y nadie hacia nada por salvaguardar los intereses del pueblo, quienes hoy son los más afectados y sufren las consecuencias al ser mal atendidos, otros muriendo a causa de la falta de tratamientos o medicamentos costosos que solos no se pueden costear, agreguemos las malas condiciones en infraestructura, que muchos empleados y afiliados tiene que aguantar, las personas que acuden a este centro saben cuál es la verdadera realidad y sufrimiento. Se ha perdido el amor al prójimo, hoy solo se piensa en el bienestar de sí mismo, el dinero tiene corrompido a nuestros gobernantes, como si la cosa fuera a ver quién roba más. A estas alturas, ya se debería de estar devolviendo una parte de los bienes incautados para mejorar la calidad en atención a los afiliados. Lo que más indigna es darse cuenta de que los culpables son prófugos de la justicia. Honduras es un país con gran potencial para crecer, pero los actos de corrupción que se generan no han permitido el verdadero desarrollo, dejando solo pobreza y necesidades. Todos quisiéramos ver un cambio y menos robos, más proyectos que beneficien tanto en trabajo como en educación. Tomen conciencia del daño que están causando con estos robos, este es un país adonde quizá hasta las esperanzas se están perdiendo. La impunidad está liderando, permitiendo que muchos sigan robando y llevando a la quiebra muchas empresas del Estado para luego ellos mismos apoderarse de ellas y privatizarlas.