Niño entre la vida y la muerte por estallido de mortero
Los padres de un niño de 10 años están desconsolados porque este se quemó el 90% de su cuerpo
El pequeño de 10 años está en la sala de cuidados intensivos del Hospital Escuela con el 90% de su cuerpo quemado. Fue trasladado en helicóptero desde Santa Rosa de Copán
SANTA ROSA DE COPÁN. En una sala de cuidados intensivos y con el 90% del cuerpo quemado, un pequeño de diez años se aferra a la vida luego que por acciente un mortero le explotara, después de las fiestas navideñas. La tragedia ocurrió la mañana del viernes en la pequeña comunidad de El Roble, cerca deLaEntrada, NuevaArcadia. El menor salió de su vivienda para jugar con los desechos que quedaban de los cohetes, sin imaginar que lo que encontraría tirado lo iba a poner al borde de la muerte. El niño fue conducido al Hospital de Occidente ese mismo día. Congojado y esperando afuera de la sala del hospital, Salvador Mejía Valles, padre del menor, relató que “ya íbamos a tomar café, pero en eso mi hijo se salió de la casa. No lo vi entrar, de repente solo oímos el bombazo”. Según su progenitor, su vástago encontró un mortero en medio de la basura, lo recogió y a escondidas lo llevó a una bodega para reventarlo. Tras escuchar el estallido y ver que salía humo de la bodega afuera de la vivienda, don Salvador salió a buscar al niño, pero ya era demasiado tarde. “No se miraba nada, yo solo
“el presidente Hernández or
denó que un Helicóptero trasladara al menor al materno infantil”
vi las paredes rajadas y una que se cayó. Pensé que ya se me había muerto, pero en eso lo escuché decirme: ‘Papi, sáqueme de aquí’. Lo saqué de los escombros y en un carro de paila me lo llevé a la Cruz Roja de La Entrada”. En una ambulancia, el pequeño fue llevado al Hospital de Occidente, ahí Los médicos aseguraron que el 90% de su piel se quemó, y las heridas más graves las tenía en el estómago y el pecho. El pediatra Juan Ramón Valenzuela, quien atendió al menor, dijo que la explosión fue tan fuerte que sus órganos se salieron del abdomen, sus pulmones también se dañaron y de sobrevivir podría perder la visión del ojo derecho. El viceministro de Salud, Francis Contreras, informó que en el Hospital de Occidente se le logró cerrar la herida, pero fue necesario que el pequeño fuera trasladado a la unidad de quemados pediátricos del Hospital Escuela Universitario (HEU) en Tegucigalpa. El padre del menor dijo: “Confío en Dios que el niño va a volver con vida a la casa y que vamos a estar bien”.
Otro pequeño. En el Hospital de Occidente hay otro niño ingresado por quemaduras por pólvora. Este introdujo cohetes en la bolsa de su pantalón y estos explotaron, aseguraron que su condición es estable y que no perdió sus extremidades.