Comayagua, una ciudad que conserva los rastros de la Santa Inquisición española
Los acusados de herejía eran ejecutados frente a la iglesia La Merced, de Comayagua.
COMAYAGUA. “Aquí yace el cuerpo de M.D Juan Segismundo Flores y Gallo, cura que fue del sagrario de esta Santa Catedral, maestro de la Santa Inquisición. Falleció a (...) de julio de 1766”, reza una lápida que es exhibida en el Museo de Antropología e Historia. Esta lápida evoca los momentos cuando ( entre 1500-1821) la Iglesia Católica castigaba con la horca y la hoguera a todos los que practicaban la herejía. Tanto en Europa como en América, la Iglesia Católica castigaba a todas las personas que se oponían a las creencias o dogmas que imperaban. “Esa lápida fue encontrada donde era el Hospital Santa Teresa. Él era un cura inquisidor, consagrado como mayordomo por la Iglesia, él perseguía a los brujos”, dice Elvia Leticia Caballero, empleada del Museo de Antropología. El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, instalado en el Siglo XVI en Guatemala, tenía jurisdicción en los países de Centroamérica y castigaba, además de la hechicería, la bigamia y el homosexualismo. Los inquisidores ejecutaban a los acusados en una plaza situada frente a la Iglesia La Merced, que en el Siglo XVI ocupó el centro de la ciudad. Con la firma de la Independencia de Centroamérica ( 1821) y con la llegada de los pliegos a Comayagua, la Santa Inquisición perdió su poder y, automáticamente, dejó de existir. Frente a la catedral, en la misma plaza, ahora se encuentra un monumento que bautizaron los coma y agüe ns escomo“la columna de la Constitución”; sin embargo, es conocida popularmente como La Picota. “Aquí le decimos la picota porque antes hubo una picota donde la Inquisición condenaba a los hechiceros ”, dice Ismael Caballero, guía turístico de la ciudad.