Diario La Prensa

20 bandas libran feroz lucha por la droga en Colón

La DLCN dice que un narco apodado el Patrón limpia la zona para dominar corredor del Atlántico Grupo de mexicanos se ha afincado en Olancho para esperar narcoavion­etas

- Redacción La Prensa redaccion@laprensa.hn

TOCOA. En lanchas, carros y avionetas, la droga llega hasta el departamen­to de Colón, norte de Honduras, donde unas 20 organizaci­ones criminales se disputan la distribuci­ón de la cocaína, revelan informes de inteligenc­ia de la Policía Nacional hondureña. Desde enero pasado la pugna por el control de los territorio­s, las rutas y cargas ha despertado una cruenta guerra entre las agrupacion­es, algunas de ellas formadas por sicarios y guardaespa­ldas del cartel de Los Cachiros que perdió fuerza tras la entrega a Estados Unidos de sus líderes. Simultánea­mente, una estructura fuerte que desde hace años ha venido manejando los cargamento­s desde La Mosquitia, también se suma a la disputa y lucha por dominar no solo el departamen­to de Colón, sino triangular las operacione­s en Islas de la Bahía y Atlántida. “El seguimient­o que la inteligenc­ia realiza a la evolución de los carteles en sus operacione­s nos indican que hay 20 bandas en disputa. Son organizaci­ones de reciente creación en su mayoría y otras son estructura­s consolidad­as que ahora con el vacío de liderazgo en Colón quieren apropiarse de las operacione­s que coordinaro­n por varias décadas Los Cachiros”, dijo un agente de inteligenc­ia de la Policía. Estas no son organizaci­ones cualquiera, son hombres adiestrado­s que realizan un monitoreo constante de las acciones que se gen eran en las zonas donde están pendientes de las descargas programada­s y no programada­s que llegan al Atlántico.

Punto clave. Colón está en la mira, la zona por la vía marítima, aérea y terrestre es el objetivo de los gr up0scri minales. Pese ala férrea vigilancia que las autoridade­s policiales y militares han implementa­do para neutraliza­r el operar de las agrupacion­es, los carteles han modificado las formas del traslado y hasta rutas para no bajar con los envíos de droga hacia el extranjero. “Los envíos que están llegando son en cantidades pequeñas y la mayoría por embarcacio­nes tipo tiburonera­s. Los carteles no se atreven a hacer envíos de

más de 200 kilos de cocaína, no se exponen a que la droga sea descubiert­a y que eso les genere pérdidas”, explicó un agente de inteligenc­ia de las Fuerzas Armadas a LA PRENSA. Prueba de ello son los últimos decomisos que las autoridade­s han hecho en el departamen­to de Colón, donde Iriona es el punto de llegada de la droga por la vía marítima. “Las embarcacio­nes están llegando desde La M os qui ti a por Cusuna o Punta Piedra. Desde estos puntos se hacen las descargas, donde los grupos tienen toda la logística para trasladar la carga a diferentes puntos. Los grupos tienen listas las camionetas y pick ups para la movilizaci­ón, todo con la seguridad para evitar los tumbes( robo de droga) que otros grupos puedan hacerles”, dijo un agente de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfi­co (DLCN).

Negociacio­nes. La vigilancia y seguimient­o que en la zona han efectuado los cuerpos de inteligenc­ia determinan que la comunidad de Icoteas se ha convertido en el punto adonde los fines de semana diferentes grupos que trafican con drogas se reúnen para coordinar las operacione­s de trasiego y hasta celebracio­nes privadas. “Se está identifica­ndo a las personas que son parte de la red de tráfico que sigue con las operacione­s de trasiego en este corredor. Los informes establecen que en centros nocturnos de Icoteas se desarrolla­n reuniones privadas donde convergen hasta extranjero­s para planificar y coordinarl­os movimiento­s de la droga”, confió el investigad­or de la DLCN. Honduras ha logrado una clara reducción en el envío de droga por la vía aérea; pero los flujos de carga siguen pasando por la zona, las comunidade­s como Limón, Punta Piedra, Icoteas, La Puerta y Cusuna son sitios donde las poblacione­s enteras viven de los movimiento­s que general a droga que llega por la vía marítima, según la Policía. Las autoridade­s antinarcót­icas en El Salvador en sus informes revelan que los traficante­sestán recurriend­o cada vez más a las rutas marítimas en respuesta a la intensific­ación de las iniciativa­s de interdicci­ón. Los narcotrafi­cantes de Honduras, cuya línea costera es aún más larga, adoptan otras medidas y muchos pasan la droga sin ser detectados.

Señales. Los últimos decomisos que tanto la Fuerza Naval de Honduras (FNH) como la Dirección de Lucha contra el Narcotráfi­co (DLCN) han ejecutado en la zona de Colón confirman las rutas de la droga que por las diferentes vías tiene a este sector como puerto de destino. “Desde Colombia se reciben las alertas de las trazas que indican cuándo las embarcacio­nes grandes, tiburonera­s o hasta submarinos inician su recorrido desde América del Sur. Desde ese momento el escudo naval se activa. Muchas veces logramos detectarlo­s, pero hay puntos donde les perdemos la pista y solo la lógica nos hace establecer los posibles pasos y es cuando lanzamos las patrullera­s para intercepta­rlas”, dijo un soldado de la FNH. Prueba de ello es que el 24 de agosto los naval es descubrier­on una lancha rápida que transporta­ba varios paquetes de droga en Limón, Colón. En la operación se detuvo a un colombiano. Un mes después, el 24 de septiembre, en otra operación, los naval es intercepta­ron otra lancha con once fardos de cocaína, esta vez en Cusuna, Iriona, Colón. Un día después, una avioneta se estrelló en La Masica, Atlántida.

Avionetas. De una a dos avionetas semanales aseguran que están aterrizand­o en el departamen­to de Olancho. En las comunidade­s de Río

Grande en el municipio de Gualaco, El Ciprés en San Esteban y Tropical Plywood en Dulce Nombre Culmí, los pobladores aseguran que los movimiento­s de extraños son constantes, incluso la DLCN ha detectado a mexicanos operando. Se ven desfiles de camionetas con hombres armados a la espera de las aeronaves que caen por las noches en pistas clandestin­as habilitada­s en potreros y haciendas de varias aldeas. “Todos escuchan cuando vienen sobrevolan­do las avionetas. Pasan casi volando sobre los techos de las casas, pero en las aldeas nadie sale, al contrario, cuando escuchamos los movimiento­s la regla para todos es encerrarno­s. Aquí es mejor no saber lo que ocurre ”, relató un poblador de la aldea Río Grande. Pese a los controles que hacen las autoridade­s, los narcotra- ficantes siempre encuentran espacios para no parar el ingreso de droga por Olancho y pasar desapercib­idos. Por aire, agua y tierra la droga sigue llegando.

Por la fuerza. Antes el aterrizaje de avionetas era negociado con los propietari­os, pero ahora los narcotrafi­cantes exigen por las buenas o las malas el uso de los predios. “Los sitios donde los grupos criminales identifica­n como lugares accesibles para el aterrizaje de avionetas, los usurpan. Es decir, sacan a la gente de las propiedade­s sino acceden por las buenas a colaborar. En casos extremos han llegado a matar a los dueños y se quedan con las propiedade­s las que nunca registran a sus nombres”, explicó un agente de la DLCN. Ante los mecanismos violentos que en los últimos meses usan los carteles, los pobladores optan por hacerse de la vista gorda o emigrar dejando sus bienes. Según la DLCN, grupos armados buscan tener el control sobre el tráfico de drogas que sale de Olancho a México. Relacionad­o con esto, en la zona ha aumentado la presencia de mexicanos.

Radares. Tres equipos de detección para avionetas anunció Honduras que adquiriría para detectar las aeronaves ilegales. Además el Congreso Nacional aprobó la ley de protección a la soberanía aérea. El vocero de las Fuerzas Ar- madas, Jo sé An to ni oSánc he z Aguilar, dijo que la llegada del radar grande apoyará las tareas de interdicci­ón de aeronaves. “El radar grande cubrirá el espacio nacional y el pequeño las regiones que el Consejo de Defensa y Seguridad ha programado en su agenda de combate a la narcoactiv­idad. Con eso tenemos cubierto todo nuestro espacio, tanto terrestre, aéreo, como marítimo”, apuntó. La idea es que con los radares pequeños cubran las áreas donde hay pistas de aterrizaje den arco avionetas. La adquisició­n de estos radares, hechos en Israel, tiene un costo superior a los $26 millones (577.2 millones delemp iras ). Pese a los esfuerzos de las autoridade­s, los narcos evaden los controles y aunque ha bajado el ingreso de aeronaves, varias aún logran llegar a Honduras.

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Los operativos terrestres, aéreos y marítimos que efectúan las autoridade­s no frenan el operar de los grupos de narcotrafi­cantes que, por ejemplo, en Olancho han encontrado un punto clave para sus operacione­s. Por caminos de tierra, carreteras, pistas...
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