La violencia con rostro de mujer
“LOS CRÍMENES DE MUJERES DEBEN TENER UNA RESPUESTA Y HAY QUE CERRAR EL CÍRCULO DE LA IMPUNIDAD”
Josselline Arlene Hernández Durón no tendrá la dicha de cumplir su sueño de graduarse como maestra y tampoco de ver crecer a su pequeña Mirian Alessandra y sus otras dos hijas, porque sujetos desalmados le quitaron la vida de forma cruel e inhumana mientras cargaba al más pequeño de sus tesoros. Tras el hecho, la bebé fue secuestrada por los criminales y un día después fue abandonada en una caja de cartón en un basurero cerca del mercado zonal Belén. Afortudamente, sin daño físico alguno. Dos días antes, varios pandilleros raptaron a Yessica Carolina Molina Zúniga de apenas 15 años de edad y posteriormente la asesinaron, aparentemente por no haber correspondido al cortejo de uno de los criminales. Ambos casos sucedieron durante esta semana en la capital del país; pero hubo otros hechos violentos en los que las principales víctimas fueron mujeres. El asesinato de mujeres en las últimas semanas y meses de este año registró niveles alarmantes y preocupantes en Honduras con el agravante que los responsables de estos crímenes siguen en libertad y sin castigo, ensanchando con ello el círculo de la impunidad contra este segmento de la población hondureña. El caso de Yessica Carolina y de Josseline y su bebé, al igual que el de muchas otras hermanas hondureñas que han caído por la imparable espiral violencia, no deben pasar desapercibidos ni deben engrosar las frías estadísticas de muertes al final del año. Independientemente de las razones que los hayan motivado, estos crímenes no deben quedar en la impunidad, y es oportuno que el Estado a través de sus cuerpos de seguridad, investigación e inteligencia replanteen su estrategia y pongan atención a este fenómeno criminal que amenaza con colocar a Honduras como el país de los feminicidios.