ASÍ VIVEN MAREROS EN CÁRCELES
informe especial 3/5
En mayo de 2013, los líderes de las maras MS13 y 18, recluidos en el Centro Penal de San Pedro Sula, le prometieron y le juraron a la sociedad hondureña que mermarían la actividad delictiva, pero jamás lo cumplieron. Al contrario, se volvieron más violentos. Además de mentirle a los hondureños, ambas organizaciones criminales intensificaron sus operaciones delictivas y convirtieron la cárcel de San Pedro Sula en su búnker, desde donde han ordenado asesinatos, masacres, extorsiones y el incendio de buses en las calles de la ciudad. Desde el día que ellos hicieron la promesa, hasta diciembre de 2016, en todo el país murieron más de 26 mil personas, de acuerdo con cifras de la Policía Nacional. Un alto porcentaje de los asesinatos tuvieron como origen los módulos de la MS y 18 de San Pedro Sula. En esos módulos, a la vez, han muerto mareros reclusos de esas organizaciones que han quebrantado las reglas internas y mareros en libertad que llegaron como visitas y jamás volvieron a salir. Un ex recluso, que permaneció tres años en el presidio sampedrano, le relató a LA PRENSA que “desde allí han ordenado la muerte de muchas personas y han llamado a sus miembros que les fallan”. “Los jefes llaman a los mareros que fallan y adentro los matan. Los ahorcan o los estrangulan y los desaparecen”, dijo. “El día que demuelan ese presidio, seguramente encontrarán cadáveres enterrados.