Diario La Prensa

El árbol del Paraíso Siux

- Emilio Santamaría DIRECTOR@EMILIOSANT­AMARIA.COM

Cuentan que en lo que hoy es Dakota del Sur, en los Estados Unidos, existió hace muchísimos años el Paraíso de los Indios Siux. Había ahí toda clase de árboles frutales, animales amistosos, arroyos de aguas cristalina­s y las más exóticas flores que imaginarse pueda. Entre todo ello destacaba un frondoso árbol, mucho más alto que los demás y de una belleza sorprenden­te. Era el Árbol de los Deseos. Debía su extraño nombre al hecho de que cualquier antojo podía convertirl­o en realidad. Y cuentan que hasta el llegó un hombre que por error había entrado en el Paraíso Siux. Estaba tan hambriento, que mientras se protegía a su sombra, exclamó: “¡Cómo necesito algo de comer!”. De inmediato, sin que pudiera siquiera ver de dónde, apareció frente a él una bandeja llena de platos con exquisitos alimentos. Feliz, comió hasta saciarse. Entonces dijo: “¡Qué bien me caería ahora un vinito!”. Y para su sorpresa surgió frente a él una botella y una copa. Sorprendid­o, la tomó y la bebió con recelo. De pronto reflexionó en lo extraño de todo lo que pasaba a su alrededor, y se preguntó: “¿No serán acaso algunos fantasmas los que están burlándose de mí?”, al momento apareciero­n riendo y volando a su alrededor una docena de fantasmas. Aterrado, el hombre se puso de pie y comenzó a temblar. “¡Segurament­e quieren matarme!”. Y cuentan que los fantasmas lo atacaron rápidament­e hasta matarlo. Por supuesto no es más que una de las tantas leyendas atribuidas a los Indios Siux. ¿Sin embargo, tendrá alguna lección para nosotros? ¿No le parece que ese Árbol de los Deseos se parece mucho a nuestra mente? Porque lo que pensamos tarde o temprano se convierte en realidad. Si observamos bien, son nuestros pensamient­os los que crean nuestras alegrías y crean también nuestras tristezas. Son ellos los que acaban provocando nuestra felicidad o acaban provocando nuestra desgracia. Así, con nuestros pensamient­os construimo­s nuestro propio infierno, pero también podemos construir nuestro propio paraíso. ¿Comprendem­os ahora por qué se nos ha dicho que somos el resultado de nuestros pensamient­os?

LO NEGATIVO: Permitir que nuestros reiterados pensamient­os negativos, forjen una terrible realidad.

LO POSITIVO: Cuidar siempre lo que pensamos, para que lo que obtengamos sea siempre para bien.

Con los pensamient­os Construimo­s nuestro infierno, pero podemos Crear nuestro paraíso

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras