Narcomenudeo en la unah
Entre 2013 y 2016, la Unah pagó L121.3 millones en seguridad privada, pero los problemas persisten Unos 108 guardias privados dan seguridad a 50,000 estudiantes
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) erogó entre 2013 y 2016 alrededor de 121.3 millones de lempiras por servicios de seguridad privada, pero ese multimillonario gasto no ha logrado reducir los actos delictivos ni mucho menos controlar y erradicar la venta y consumo de drogas en la Ciudad Universitaria. Una investigación periodística reveló que la Unah se ha convertido en un santuario y centro de operaciones de pequeñas mafias que se dedican al narcomenudeo, así como de otras actividades ilícitas que han proliferado por la débil vigilancia y la ausencia de los órganos de seguridad del Estado. Un estudio elaborado en 2009 por las investigadoras Arabesca Sánchez y Dora Castillo arrojó que de 1,600 universitarios encuestados, alrededor de 594 fueron víctimas de un hecho delictivo en los predios universitarios en los últimos tres años, con la actual empresa ya en operaciones. De ese grupo, 312 fueron mujeres y los restantes, hombres, lo que evidenció la vulnerabilidad que viven las estudiantes universitarias frente a la delincuencia común y organizada que opera dentro del centro. “El estudio lo que pretendía era un abordaje preventivo para mejorar la vigilancia, ya que en esos años solo había vigilancia interna, pero la universidad cambió su modelo de seguridad y contrató a una empresa de seguridad privada a cargo de un comisionado de policía ya en retiro”, confirmó la criminóloga Arabesca Sánchez. Pese a eso, en la máxima casa de estudios son frecuentes los asaltos a mano armada en zonas solitarias, el robo de vehículos, la venta y consumo de drogas y los hurtos en las aulas. También se han registrado el robo de celulares y otras pertenencias de los estudiantes. En la última semana del mes de abril de 2017 se reportó el robo de al menos tres vehículos del estacionamiento de la facultad de Ingeniería, sin embargo, cuando se consultó a las autoridades y los responsables de la seguridad, estos se negaron a dar información. Los datos de hechos delictivos dentro de la máxima casa de estudios, así como la venta y consumo de drogas, se maneja con mucho hermetismo, por lo que no fue posible obtener datos actualizados de las denuncias ni los reportes interpuestos por las víctimas. Fuentes de la Policía indicaron que existe una vigilancia y un acuerdo con las autoridades educativas para colaborar en el combate del crimen, pero lamentablemente los traficantes de drogas se hacen pasar por estudiantes y no es posible detenerlos. Además, la autonomía universitaria no per- mite la presencia de efectivos militares ni policiales. Actualmente, solo en la Ciudad Universitaria se cuenta con 108 agentes de seguridad privada para dar seguridad a una población aproximada de 50,000 estudiantes, lo que equivale a un promedio de un guardia por 462 estudiantes. Los vigilantes solamente portan un tolete y otros instrumentos disuasivos, pero no cargan armas.
Millonario contrato
En un intento por frenar los altos índices delincuenciales, las autoridades universitarias firmaron el 1 de febrero de 2013 un contrato con Empresa de Seguridad Privada del Aguán (Espa) por 36.4 millones de lempiras. Posteriormente, el 1 de abril de 2014 se sus-