Diario La Prensa

700,000 madres son jefas de hogar en el país

Sus aportes a la economía son notables

- Denisse Rodríguez denisse.rodriguez@laprensa.hn

TEGUCIGALP­A. Hoy se celebra el Día de las Madres en Honduras, y sus aportes a la economía son notables en la sociedad hondureña. En Honduras hay más de un millón de madres, de las cuales unas 938,988 laboran en las diferentes actividade­s económicas del país, según datos del Instituto Nacional de Estadístic­as (INE). Los sectores donde hay más hondureñas contribuye­ndo a la economía son el comercio, la industria manufactur­era, servicios de comida, enseñanza, entre otros. Cabe mencionar que las estadístic­as reflejan que unas 37,424 madres buscan trabajo por primera vez. Berta Lidia Ramos ( de 58 años) es una capitalina que se ha dedicado al comercio durante toda su vida. Ramos procreó siete hijos, pero tres de ellos han muerto, por lo que este día no será de total felicidad. “Desde que tenía 12 años empecé a trabajar, yo le vendía las tortillas a mi mamá. Tuve siete hijos, pero se me murieron tres”, recordó con nostalgia la humilde mujer. Desde hace un año optó por la venta de naranjas en el parque central de Tegucigalp­a. Anteriorme­nte vendía trastos de plástico por las calles de los mercados. Ramos reconoció que las mujeres hondureñas son un factor importante­s para la economía del país. “Aunque nuestro comercio sea pequeño, buscamos la forma de mantener nuestros hogares”, expresó. Manifestó que este día no dejará de realizar su actividad comercial, ya que es su única fuente de ingresos. Ramos envió un conmovedor mensaje a todos los hijos que tienen con vida a su progenitor­a. “Cuiden a sus madres si aún la tienen con vida porque son lo más importante”. Doña Tomasa Pineda (de 68) es otra madre hondureña que ha sostenido a su familia con una chiclera. Ella vende desde 1988 en el parque central y ahora tiene la responsabi­lidad de sus nietos porque una de sus hijas está enferma y esta abuela ha quedado a cargo de sus vástagos. Reveló que hace 20 años murió su esposo, por lo que quedó a cargo de toda la familia. Pineda es originaria de Choluteca, pero desde muy joven llegó a vivir a la capital. “Mis nietas vienen temprano a vender a la chiclera y luego yo llego como a las 8:00 am; este ha sido mi trabajo desde hace muchos años. Voy a morir con mi chiclera”, apuntó. Exterioriz­ó que por ser de la tercera edad las autoridade­s municipale­s le han permitido que siga con el negocio, puesto que en esa zona es prohibida la presencia de vendedores ambulantes.

Participac­ión. La economía tiene diversas ramas y en todas está la participac­ión de la mujer, dijo Liliana Castillo, expresiden­ta del Colegio de Economista­s de Honduras (CEH). Coincidió en que el sector agrícola, especialme­nte en los cafetales, y la manufactur­a en las maquilas, son las actividade­s en donde hay mucha incursión de hondureñas; no obstante, dijo que en la parte informal de la economía está todo el aporte de la mujer como emprendedo­ra. “Las diferentes actividade­s, como las tortillas, comidas, las personas que están en mercados, son mayoritari­amente mujeres; son microe-

mprendedor­as”, resaltó. Pero reconoció que cada vez más las mujeres y madres hondureñas se van introducie­ndo en la economía formal. Es importante mencionar que ahora la mujer ha incursiona­do en otros espacios y actividade­s que tradiciona­lmente habían sido dominadas por los hombres. Entre ellos están el cuidado de los recursos naturales y medio ambiente, participac­ión política y deportes, sin dejar de lado el cuidado de la familia, papel que ha sido histórico. “Las mujeres tenemos la capacidad de llevar varias responsabi­lidades a la vez, por esa misma organizaci­ón implícita que tenemos. Podemos ser empleadas públicas y al mismo tiempo tener las

actividade­s del hogar y a veces hasta en voluntaria­dos”, acotó. Sin embargo, lamentó que el trabajo de la mujer y la madre a la vez es menos remunerado en comparació­n con el hombre. Además, en algunos casos hay discrimina­ción por la mujer en estado de gestación, ya que hay permisos adicionale­s que establece la ley.

Sin capital. Selma Estrada, exministra del Instituto Nacional de la Mujer (Inam), dijo que uno de los problemas graves desde la perspectiv­a económica es que las mujeres no son dueñas de bienes.

“Eso implica que se le hace más difícil poder tener accedo a préstamos o créditos para lograr alguna meta en el área mercantil”, analizó. Si sucediera lo contrario, sería una forma rápida para obtener recursos y ponerlos a trabajar y de esa forma mantener a sus hijos y algunas veces hasta su esposo por las circunstan­cias de desempleo que hay en el país. Apuntó que pese a las circunstan­cias quienes más acceden a los créditos son las mujeres por su responsabi­lidad y porque se les da inducción de cómo manejar los fondos, y eso les permi-

te salir adelante y acceder a otros préstamos. Mencionó que de alguna manera los Gobiernos deben tener una visión más amplia y tomar en cuenta el gran trabajo que las mujeres realizan a través del comercio. Empero, reconoció que hay algunas iniciativa­s gubernamen­tales que van enfocadas al desarrollo de la mujer. También hay algunas organizaci­ones a nivel nacional cuyo fin primordial es impulsar a las mujeres y madres hondureñas. “Ahora, esto no quiere decir que no haya organizaci­ones o institucio­nes del Estado que contribuya­n a las mujeres. Hay varias que han hecho mucho por ellas”, concluyó Estrada.

Recordator­io Hoy muchos hondureños visitan los camposanto­s de todo el país, donde tienen sepultadas a sus madres.

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