Mandy MOORE nada con los peces
La actriz recibió un curso de buceo antes de empezar a rodar su última película “47 meters down”, en la que lucha por su propia vida en aguas profundas plagadas de tiburones
Mandy Moore iba de camino a un hotel de Beverly Hills, temprano en una reciente mañana, cuando una admiradora la detuvo. “Por favor, por favor, dígame,” le suplicó la chica. “¿Cómo se muere él? ¿Ataque cardiaco, accidente de auto?” Ella le estaba preguntando por la exitosa serie de Moore en NBC, This is us, en la que ella interpreta a Rebecca, la esposa de Jack Pearson (Milo Ventimiglia). Ahora que la serie empezó su segunda temporada, los fans ya vieron el funeral de Jack, pero no saben cómo murió ni por qué Rebecca termina con el mejor amigo de él. No lo saben y, bueno, se mueren por saberlo. Moore tiene 33 años pero se ve más joven y no le importan estas preguntas. Estaría feliz si se las hicieran cien veces al día. El éxito de This
is us la sacó de un paréntesis sustancial de su carrera, así que ella aprendió a no dar por sentado ningún éxi- to importante. Entre los efectos secundarios de This is us debemos contar el próximo estreno en cines de 47 meters down, una película sobre el ataque de un tiburón y que originalmente parecía destinada a irse directamente a video. Moore interpreta a Lisa, una mujer joven cuya relación de largo plazo se terminó porque su compañero la consideraba aburrida. Desesperada por demostrar que no tiene la razón, ella emprende unas vacaciones en México junto con su hermana (Claire Holt). Una noche que salen a bailar conocen a dos tipos que las convencen de ir a bucear en jaula y nadar con tiburones. Lisa, novata en el arte del buceo, siempre preocupada y víctima de ataques de pánico, no está tan segura de querer ir y se pregunta si eso es prudente. “Es como ir al zoológico,” le dicen, “con la diferencia de que eres tú la que está en la jaula.” Así pues, salen en el bote y se alejan de la costa.
Al finAl de lA primerA temporAdA de tHiS iS US, rebeccA y JAck deciden HAcer UnA pAUSA en SU mAtrimonio y él Se SAle de SU cASA
"Sí, pienSo que lo máS importante eS encontrar el equilibrio en la vida"
"deSpojarSe de un perSonaje deSpuéS de filmar eS muy triSte"
Entonces el capitán del barco (Matthew Modine) arroja al agua cubetas de sangre animal para atraer a los voraces tiburones. Las dos chicas se meten en la jaula y las sumergen cinco metros. Pero el cable se rompe y la jaula se desploma a 47 metros de profundidad en el lecho del océano. Unos tiburones enormes nadan en círculos a su alrededor mientras a ellas se les va acabando el oxígeno. “Lo que me pareció atractivo es que generalmente no piensan en mí para este género de películas”, revela Moore. “El libreto es cautivador de principio a fin. Yo no me esperaba lo que iba a suceder y sabía que el rodaje iba a ser todo un reto y gratificante… y así fue”. Definitivamente fue todo un reto: durante las ocho semanas del rodaje, Moore pasó casi todo el tiempo en el fondo de un tanque de agua, encerrada en una jaula de metal. Ella y Holt usaron visores inusualmente grandes, lo que permitió que la cámara registrara las expresiones faciales, además de facilitar la comunicación entre ellas dos y con el equipo técnico. “Yo llegué a la película sabiendo que iba a ser físicamente muy exigente,” revela Moore, “pero no tenía ni idea de lo agotador que sería en términos del trabajo cotidiano. No me di cuenta de lo mucho que me estaba extendiendo en el agua. “Por lo general no soy de tomar siesta,” agrega, “pero en este caso, yo almorzaba y después me acurrucaba a tomar una siesta. Tenía los huesos cansados. Lo que no sabía es que, al parecer, no hay que dormir inmediatamente después de bucear.” “Buceamos dos veces en aguas profundas, en el océano, lo que fue un poco aterrador en un principio,” admite la actriz sacudiendo la cabeza. “Yo nunca había buceado y me di cuenta de que iba a estar respirando de ese modo durante dos meses.” Aprendió que los buzos de aguas profundas no pueden nadar rápidamente hacia la superficie en caso de una emergencia. “Solo se puede ascender lentamente,” explica, “pues de lo contrario se sufre el síndrome de descompresión, que puede causar hasta la muerte. Aquí la cuestión es que no se puede nadar lentamente cerca de tiburones asesinos que quieren cazarnos para cenar”. Sin embargo, para Moore los tiburones no son el aspecto más terrible de la historia. “Lo que era más terrible para mí era la idea de ahogarme”, admite la actriz. “La idea de quedarme sin aire … no puedo ni siquiera imaginármelo”. No es que Moore sea pusilánime. De hecho, en la vida real, la madre favorita de la televisión es bastante temeraria, con un gusto particular por el paracaidismo. “La descarga de adrenalina cuando me aviento al aire con tan solo un paracaídas no se parece a nada que haya experimentado”, asegura. “En cuanto aterrizo, ya quiero regresar de inmediato y volver a saltar”. Moore creció en Orlando, Florida, hija de una reportera y un piloto de aerolínea. De niña, ella vio el musical “Oklahoma” de Rodgers y Hammerstein y decidió que quería ser cantante. Tenía madera y terminó cantando en eventos atléticos cerca de su ciudad natal.