Pamela Anderson, activista sexi y comprometida.
Para celebrar las primeras cinco décadas de la modelo te presentamos algunos datos que quizá no conocías de la vida y obra de Pam
“Nunca quise ser una actriz, eso fue un golpe de suerte. Quería hacer lo que estoy haciendo ahora” “Soy una activista sexi a tiempo completo. Últimamente me han descrito como una bizarra poeta política y lo tomo como un cumplido” Pamela Anderson Actriz, modelo y filántropa
AGENCIAS. Al escuchar el nombre de Pamela Anderson es casi imposible no imaginarla corriendo por la playa con ese entallado traje de baño rojo, un flotador en la mano y sus generosos atributos balanceándose en cámara lenta para deleite de muchos caballeros. Y pese a que la canadiense cumplió 50 años el 1 de julio, es innegable que sigue provocando que a más de uno se le acelere el corazón... al menos con el recuerdo de aquellas portadas de Playboy que tanta fama le dieron. Y es que aunque el público la recuerde todavía por Ba
ywatch, Pamela ha dejado parcialmente de lado su imagen de sex symbol para enfocar sus esfuerzos en el activismo y la defensa de los animales.
Activista comprometida. La actriz y modelo canadiense fue uno de los mitos eróticos más explosivos de los años 90, hasta convertirse en la mujer con más portadas de la revista Playboy, pero ahora aparece frecuentemente en los medios por motivos muy diferentes: su apoyo a organizaciones de defensa de los animales, su apuesta por el veganismo o su presunto romance con Julian Assange. “Soy una activista sexi a tiempo completo. Últimamente me han descrito como una bizarra poeta política y lo tomo como un cumplido”, dijo Anderson en un discurso en mayo en París al recibir un premio por su labor filantrópica. “Nunca quise ser una actriz, eso fue un golpe de suerte. Quería hacer lo que estoy haciendo ahora”, añadió sobre su trabajo como activista. Al margen de su aparición en diferentes reality shows, en los últimos años ha dedicado la mayor parte de su tiempo al trabajo humanitario y como activista en favor de los derechos de los animales, pues es una de las embajadoras más conocidas de Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales). En 1999 recibió el premio Linda McCartney por su
participación en la campaña contra el uso de pieles de animales y cuatro años más tarde se desnudó para la campaña I’d Rather Go
Naked Than Wear Fur (Prefiero estar desnuda que usar pieles) de Peta, aunque su iniciativa activista con más repercusión es la emprendida contra una cadena de comida rápida en Estados Unidos y sus métodos para criar los pollos que luego utilizan en sus restaurantes.