Presupuesto planificado
El siguiente paso arriesgado fue usar mi agenda solamente para apuntar las metas mencionadas y mis citas. ¡Dejaría de apuntar mis pendientes!, impensable en alguien que debido al paso de los años se había vuelto totalmente dependiente de la agenda; ocurrió algo interesante. Los pendientes verdaderamente importantes no se olvidan y los que son importantes para los demás ellos se encargan de recordarlos. Esto me trajo a la memoria a otro buen amigo, fallecido ya, al que nunca lo miraba apuntar sus pendientes. Podíamos estar juntos en una reunión en la que salían muchos asuntos que resolver y él no tomaba ni una tan sola nota. Me sorprendía luego con todos sus pendientes resueltos. No hace falta resolverlo todo. La falta de recursos, de energías y de tiempo; ser pobre en una palabra, hace que necesite pensar mejor y aprenda a elegir qué es lo verdaderamente importante. Se comienza a ir con una gran paz y serenidad a lo esencial. Si algo no está resuelto es sencillamente porque no es tan importante. En esta línea de pensamiento encontré varios libros que refuerzan la idea de aprender a ir a lo esencial, escoger lo más importante y comenzar a trabajar sin dilaciones enfocado en ese único pendiente. Recomiendo ampliamente la lectura del libro “El principio 80/20”, de Richard Koch, y “El líder 80/20”, del mismo autor. Tambien tiene muchas ideas en la línea de simplificación el libro “The One Thing”, de Gary Keller. Tampoco está de más la lectura del ya clásico libro de Timothy Ferris: “La semana laboral de cuatro horas”. Con mucha seguridad iré descubriendo más cosas con este sistema simplificador de planificación personal. Te animo a probarlo, te quedarás sorprendido por sus resultados casi inmediatos. Eso sí, te adelanto que empeñarse en terminar ese pendiente a veces cuesta mucho, pero al final del día tendrás la sensación del deber cumplido y verás cómo misteriosamente se multiplica tu tiempo.