Rumores de guerra
La península coreana está siendo escenario de ensayos nucleares en los cuales se muestran las armas, trayendo a la memoria la guerra de los años 1950 al 1953, en la cual Estados Unidos bombardeó sin misericordia a Corea del Norte con 635,000 toneladas de explosivos a lo largo de dichos años. Literalmente, toda aldea y ciudad de Corea del Norte fue reducida a escombros, y al parecer 70 años después de dicho conflicto Pyongyang quiere pasar la factura de las 5,000 escuelas destruidas, 1,000 hospitales, 600,000 hogares y 282,000 civiles muertos en aquella época. Hasta ahora, los medios de comunicación del régimen norcoreano siguen recordando el inmenso dolor y las devastaciones causadas por la ofensiva norteamericana, y de esa manera echan leña al incansable espíritu de confrontación con Estados Unidos. En aquel entonces, el conflicto tenía ápices de post Segunda Guerra Mundial, no muy distinto al panorama geopolítico de la actualidad; hoy es un juego de ajedrez complejo en el cual deambulan potencias alrededor de la mesa, por una parte China y Rusia, quienes no están dispuestos a permitir que en la península coreana estalle una nueva guerra, y en el otro lado del tablero Estados Unidos y Corea del Sur, que pretenden hacer jaque mate con una hoja de ruta distinta a los chinos y rusos. Aun Japon quiere mover sus propios peones ante las amenazas constantes de Kim Jong-un, quien desde que asumió el poder en diciembre de 2011 sustituyendo a su padre no ha parado de dar dolores de cabeza a la comunidad internacional a través de una alocada carrera nuclear. Por ahora, el conflicto ha quedado solo en ensayos y excesos verbales, pretendiendo intimidar mostrando fortaleza. Esperemos que la comunidad internacional tenga éxito a través del diálogo y de sanciones preventivas de detener lo que parece una guerra inminente.