Los dacantamentados
En una resolución “gallo gallina”, el fiscal general de los Estados Unidos en nombre del Gobierno federal puso fin abruptamente al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, más conocido como Daca. A pesar de que dicho funcionario es abogado confundió los términos legales aplicables y en vez de declarar en forma clara que no se prorrogaría dijo inapropiadamente que se rescindía, como si se tratara de un contrato u obligación contractual. Este programa echado a andar por el expresidente Obama protege de la deportación a 789 mil jóvenes llamados soñadores, en cuenta unos 17 mil hondureños, que ingresaron indocumentados al país traídos por sus padres siendo muy niños, y los autoriza a residir legalmente y a trabajar hasta la fecha de expiración de dicho alivio migratorio, el cual no fue cancelado en forma inmediata, sino que será efectivo en el término de seis meses. En el ínterin, la administración Trump ha pretendido en una jugada de ajedrez forzar al Congreso de la nación para que encuentre al problema una alternativa legal, quitándose esa “papa caliente” de sus manos, bajo el criterio de que se trató de una amnistía ilegal que solo el Congreso la podría haber concedido, sabiendo de los escollos que pudieran presentarse para llegar a un consenso entre las fuerzas políticas que conforman el legislativo estadounidense, y así se habrá salido con la suya. El problema es que los congresistas tendrán solamente seis meses para aprobar una ley que deba proteger a los dreamers a fin de que no interrumpan sus estudios o trabajos. Existe un proyecto de ley de vieja data en ambas cámaras del Congreso para la legalización del estatus migratorio de estos jóvenes, pero ante la abultada agenda legislativa y el breve plazo señalado por la administración Trump no está claro si el tiempo concedido sea suficiente para debatir ambos proyectos de ley; pero hay razones suficientes para creer que un acuerdo político se puede dar en este momento, lo que podría cambiar la dinámica del debate migratorio en los Estados Unidos. Por el contrario, si el Congreso no resuelve este asunto, más de 350 mil soñadores se quedarán sin protección en 2018 y más de 370 mil adicionales entre enero y marzo de 2019. Una catástrofe para estos jóvenes que han mejorado notablemente en el aspecto educativo y laboral y se han integrado a la sociedad americana, aportando a la economía del país, como así lo han expuesto los gurús de importantes compañías que presionan para que así se haga. No se sabe si esta legislación pasará o no, pero pensando en que será aprobada abrirá una brecha para un debate más sensato y serio a fin de que se emita una reforma migratoria amplia y justa para 12 millones de indocumentados que se encuentran entre el limbo y la desesperanza.
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