Mala visión y audición causan deterioro cognitivo
Los exámenes pueden ayudar a mantener la visión al detectar problemas tratables como glaucoma o cataratas
ESTADOS UNIDOS. De vez en cuando, escucho que alguien dice “mi cerebro está sobrecargado”. No es sorprendente dada la cantidad de tareas complejas que este realiza, entre ellas, hacerse capaz de aprender, planificar, recordar, comunicar, mirar, escuchar y oler. Tampoco es sorprendente que un gran número de estudios haya relacionado funciones sensoriales dañadas, como la disminución de la vista y el oído, con el deterioro de las habilidades cognitivas. El cerebro, al parecer, tiene un límite, y cuando se esfuerza demasiado para darle sentido al mundo —desde leer palabras en una página hasta entender el mundo oral— puede ser menos capaz de desempeñar otras tareas. El último descubrió que en una muestra representativa de casi 3000 estadounidenses ancianos y una segunda muestra de 30.000 beneficiarios de Medicare, la mala visión estaba asociada con cognición deficiente. Los dos grupos utilizaron medidas distintas para las
habilidades cognitivas como memoria, orientación y planificación, y la consistencia de sus resultados sugiere que la asociación entre visión defectuosa y capacidades disminuidas del cerebro es real, concluyeron los investigadores. La autora principal, Suzann Pershing, oftalmóloga de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, dijo que “a pesar de que esta relación no es una prueba de que la pérdida de la visión cause disminución cognitiva, de manera intuitiva tiene sentido que mientras menos involucrada esté la gente con el mundo, reciba menos estimulación cogni-
tiva y sea más probable que sus funciones mentales disminuyan”. Un estudio previo de 625 ancianos en la Universidad de Michigan realizado por Mary A. M. Rogers y Kenneth M. Langa encontró que aquellos con poca visión tenían un 63 por ciento de mayores probabilidades de experimentar disminución cognitiva. Además, la probabilidad de que desarrollen la enfermedad de Alzheimer es 9,5 veces mayor. “No es necesariamente una relación unilateral”, dijo Pershing. “Si mejoras la visión de la gente con problemas cogni-
Tan solo una disminución leve en la capacidad de escuchar provoca que las cortezas frontales trabajen más.
tivos, pueden funcionar mejor”. Lo mismo sucede con la audición, pues hay evidencia de que la pérdida del oído puede acelerar la disminución cognitiva. Frank R. Lin, otorrinolaringólogo del Centro Johns Hopkins para el Envejecimiento y la Salud, sugiere tres maneras que pueden explicar cómo se relacionan la demencia y la mala audición. Una involucra “la carga cognitiva”: cuando no puedes escuchar bien, el cerebro recibe señales confusas y se ve forzado a trabajar más para dilucidar el significado del mensaje. Otro mecanismo puede responder a que la gente que no escucha bien tiende a aislarse socialmente, lo que disminuye la estimulación cognitiva y por tanto la pérdida de habilidades mentales. Quizá sea más importante la tercera explicación que tiene que ver con la estructura cerebral: la pérdida de audición provoca un índice más rápido de atrofia cerebral, principalmente, en la porción del cerebro ligada al oído, que también tiene relación con funciones como la memoria, el aprendizaje y el pensamiento.