UNA FIESTA
La participación en los comicios fue masiva. Los hondureños se lanzaron desde temprano a votar, venciendo el abstencionismo que proyectaban las encuestas
TEGUCIGALPA. Los hondureños se agolparon masivamente a las urnas ayer para celebrar el décimo proceso electoral de la democracia en medio de un ambiente impregnado de entusiasmo, paz y de compromiso patriótico. Nunca antes en la historia electoral de Honduras, con- tada desde la instauración de la actual Constitución de la República (1981), los comicios habían despertado tanto interés de todos los ciudadanos como los celebrados ayer. Periodistas de LA PRENSA constataron que en los 298 municipios, los hondureños de todas las edades y de todas las condiciones físicas mantuvieron extensas filas frente a las puertas de los centros de votaciones hasta las 4:00 de la tarde cuando el Tribunal Supremo Electoral ( TSE) anunció el cierre oficial. “Estas elecciones son diferentes a todas las pasadas. Todos los hondureños sabemos que estamos decidiendo el futuro del país. Por eso es- tamos viendo bastantes personas votando”, dijo Belkis Paredes, de 33 años. Paredes llegó alrededor de las 11:00 de la mañana a votar a la escuela Presentación Centeno, situada en el populoso barrio Cabañas, uno de los que más carga electoral tuvo en el municipio de San Pedro Sula. Esta mujer, en compañía de su amigo Rubén Edgardo Martínez (24 años) asistió a ejercer el sufragio cargando en brazos a su hija de seis meses. “No tenía con quien dejarla (a la niña) y tuve que traerla para poder votar”, explicó. Dos horas antes, Kelvin Martínez (de 24 años), para pasar a la urna 3,571, buscaba su nombre en la lista colocada en una de las paredes del Instituto Bilingüe Valle de Sula, localizado en Jardines del Valle, un sector de clase media de San Pedro Sula. “No sé cómo votar. Es la primera vez que lo hago. Vine porque pienso que el voto mío y el de todos los hondureños es importante en estas elecciones”, dijo. En ese mismo escenario ejerció el sufragio el candidato nacionalista a alcalde Armando Calidonio y hermanas y sobrinas del expresidente liberal Roberto Micheletti. En otros centros electorales importantes de esta gran urbe, como el Instituto José Trinidad Reyes y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), donde votó Toñito Rivera, candidato a alcalde por la Alianza, la jornada transcurrió en un contexto de fiesta política. En la escuela José Trinidad Cabañas, ubicada en el céntrico barrio Guamilito, Marlon Lara, candidato a alcalde por el Partido Liberal, en compañía del presidenciable Luis Zelaya, ejerció el sufragio entre vítores de sus correligionarios y abucheos de los nacionalistas. Nadia Castellanos, acreditada por la embajada de Estados Unidos como observadora internacional, le dijo a LA PRENSA que la jornada transcurrió “en tranquilidad y alegría”. “No puedo dar una opinión. Yo solo estoy observando. Puedo decir que he visto a las personas bastante entusiasmadas”, dijo, después de recorrer los centros de votación ubicados en las escuelas Luis Bográn, José María González y José Trinidad Cabañas.
Dato Los hondureños derrotaron al abstencionismo asistiendo masivamente a las urnas
Periodistas de LA PRENSA observaron en todo el país que los elementos de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, que se mantuvieron en los alrededores de los centros de votación, raras veces intervinieron en vista de que no registraron incidentes que los obligaran a actuar. El coronel Alfredo Cerrato Paz, director de relaciones públicas de las Fuerzas Armadas, aplaudió la actitud de los hondureños porque “asistieron a las urnas de manera masiva y en calma”. “Durante estas elecciones, no hubo incidentes mayores solo menores; algunas personas se molestaron porque no aparecieron en los listados y no pudieron votar. Estos fueron algunos de los problemas”, dijo Cerrato cuando las autoridades de las mesas electorales receptoras comenzaban a reportar los primeros resultados. Después de las 4:00 de la tarde, las autoridades policiales y militares entraron en otra etapa del proceso, mantuvieron listos los equipos de reacción, unidades antimotines y élites para controlar cualquier movimiento que se suscitara a partir de ese momento.
Oportunidad. A las 4:30 de la tarde, en la mayoría de centros electorales de las ciudades más grandes, como San Pedro Sula y Tegucigalpa, aún había personas con sus identidades en las manos para marcar las tres papeletas. A esa hora, se observaron filas de electores en varios centros electorales de la capital, entre ellos, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ( Unah), Colegio Hondureño de Abogados y escuela Pedro Nufio. Minutos después de anunciar al cierre de los comicios, David Matamoros, presidente del TSE, dijo a los hondureños que “todo el que esté dentro de la fila” tenía el derecho de votar. A juicio de Matamoros, estos comicios “comparados con las elecciones primarias de 2017 son extraordinarias, sin incidencias y sin problemas”. A los centros electorales capitalinos, ampliamente vigilados por observadores internacionales, asistieron ciudadanos de la tercera edad, en sillas de ruedas y no videntes que tuvieron un trato preferencial. En la Escuela Pedagógica Francisco Morazán, donde depositó el voto Nasry “Tito” Asfura, candidato a alcalde por el Partido Nacional, hubo aglomeración de ciudadanos. A Asfura no lo logró acompañar el presidente Juan Orlando Hernández porque tuvo que viajar a su natal Gracias, Lempira, a ejercer el sufragio.