Todos tenemos una vaquita
Leí una historia, la cual me hizo reflexionar, es algo tan real que nos pasa y tal vez te sientas identificado, pues no sé si algún día la has escuchado. En resumen, la historia trata de un sabio que junto con su discípulo visitan a una familia que vivía en una miseria y la única manera de sobrevivir era porque tenían una vaquita que les generaba leche y así la vendían, era su única fuente para generar dinero; pero el sabio hizo algo increíble, dejó ir a la vaquita en un barranco para que muriera. Años después, el discípulo volvió al mismo lugar para saber cómo había sobrevivido esa humilde familia, lo que vio fue increíble, ya que era una enorme casa donde había mucha abundancia. El discípulo sorprendido preguntó que cómo habían hecho para estar tan bien económicamente, el señor respondió que tiempo atrás había pasado algo terrible, la vaquita que les daba de comer había muerto, así que tuvieron que buscar otra manera de ganarse la vida y tuvieron la genial idea de cortar madera y hacer muebles, y así su situación cambió. Tal vez esta historia te parezca tonta o de ficción, pero la enseñanza es muy grande, ¿cuantos queremos que nuestra situación cambie o lograr algo que tanto deseamos?, ¿cuántos nos hemos acomodado y no queremos salir de nuestra zona de confort?, ¿qué es lo que estamos dejando de hacer por miedo a fracasar?, ¿por qué no nos arriesgamos? Definitivamente, todos tenemos esa vaquita, con la que nos conformamos, la vida se trata de eso, de enfrentar nuevos retos, de hacer cosas nuevas, puesto que si no las hacemos nosotros ¿quién lo va a hacer? Solo intentando y arriesgándonos sabremos de qué somos capaces, el que no lo intenta es el que realmente fracasa. Si realmente queremos algo en la vida, no importando si el panorama no es el más favorable, tenemos que tratar de hacer de una u otra manera. Tira esa vaquita por un barranco y olvídate de ella.