Silencio
Weber describieron al diario estadounidense una serie de comportamientos en los que se les exigía desnudez innecesaria y comportamientos sexuales coercitivos, a menudo durante las sesiones de fotos. Los testimonios recuerdan, con notable consistencia, según el diario, sesiones privadas con Weber en las que supuestamente les pidió que se desvistieran y les guió a través de ejercicios de respiración y “energía”. Según las revelaciones, pidió a los modelos que respiraran y que se tocaran tanto a ellos mismos como a Weber, moviendo sus manos donde sintieran su “energía”. A menudo, Weber guiaba sus manos con las suyas. “Recuerdo que puso sus dedos en mi boca, y me agarró por las nalgas”, contó el modelo Robyn Sinclair. “Nunca tuvimos sexo ni nada, pero pasaron muchas cosas. Un montón de tocamientos. Una gran cantidad de abuso sexual”, añadió.
Lo que procede.
Tanto Testino como Weber no han hablado personalmente, sino, a través de sus respectivas firmas de abogados y representantes. La firma Lavely & Singer, un grupo de abogados que defienden al peruano, se contactó con ex empleados que estaban “impactados por las acusaciones” y que dichas personas “no podían confirmar las revelaciones”. Según The New York Times, quienes se sintieron en una situación de atención no deseada sintieron que la elección era clara: consentir y ser recompensados con el trabajo de campaña publicitaria lucrativa, o rechazarlo y destruir una carrera. Muchos se han negado a hablar públicamente, aunque otros se han dejado fotografiar y han puesto voz a las denuncias. No cabe duda que la fama y el dinero siempre tienen precio: o desistir a ambas o aceptar y callar.