El informe de la ONU y el diálogo
“Eldiálogo nacional EsaprEmiantE EimpostErgablE”
Esta semana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entregó el informe oficial de la Misión Exploratoria encargada de allanar el camino para el establecimiento de un gran Diálogo Nacional que permita superar la crisis política y social derivada de los polémicos resultados de las elecciones del pasado 26 de noviembre de 2017. En el documento, la ONU deja establecido que está dispuesta a apoyar el establecimiento de un eventual diálogo en Honduras, pero señala que el mismo “requerirá de la voluntad real de los hondureños de sentarse a una mesa” y sin la cual no será posible avanzar en este proceso. Además, considera que las condiciones para un diálogo más amplio dependerán de “un consenso mínimo” sobre su alcance, agenda, participantes, convocantes, metodología y aspectos. Como paso previo, la Organización de Naciones Unidas sugiere que se realice un inventario, incluyendo el estado de implementación, de todas las iniciativas, instrumentos y acuerdos previos entre las fuerzas políticas hondureñas, entre ellas, las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, así como el compromiso de garantías mínimas para la ética y transparencia electoral de 2013. Esto último es clave, puesto que las 80 recomendaciones formuladas por la Comisión de la Verdad en 2011 aún siguen vigentes, lastimosamente, la clase política no se ha interesado en discutirlas ni mate- rializarlas para que los hechos no volviesen a repetirse, tal como ocurrió después del 26 de noviembre pasado. En general, el documento traza la hoja de ruta para que las partes en conflicto puedan sentarse de una vez por todas en torno a una mesa para hablar, llegar a consensos y construir el futuro del país; sin embargo, como lo advierte la ONU, depende mucho de la voluntad de los principales actores políticos lograr que este ejercicio avance, se materialice y triunfe. Como lo hemos dicho antes, el Diálogo Nacional es apremiante e impostergable y, quizá, la única oportunidad que tenemos los hondureños para superar la polarización, sanar heridas y sentar las bases para una Honduras próspera y en paz.