Por el cese de la destrucción ambiental piden en el viacrucis
La Vía Dolorosa fue recreada por jóvenes capitalinos a través de los cuadros vivos que llevaron a cabo en diferentes sectores
TEGUCIGALPA. La defensa del planeta centró ayer el viacrucis del Viernes Santo con llamamientos de la Iglesia Católica a cuidar la tierra y todas sus especies vivas. Las calles del Distrito Central se transformaron desde tempranas horas del día en la Vía Dolorosa del Redentor. Grupos de fieles católicos de varias parroquias de la capital revivieron con fervor y reflexión la pasión de Jesucristo que se recuerda cada Viernes Santo. Las 14 estaciones fueron escenificadas por algunos grupos de la Iglesia, quienes desde hace un par de meses se prepararon para encarnar a los protagonistas de las sagradas escrituras. Algunos jóvenes altos y robustos, otros de complexión delgada, unos con tez pálida y otros dorados por el sol fueron los encargados de personificar al Cordero de Dios. Sin importar el sector en que se realizaron los cuadros vivos, las peticiones a Dios coincidieron en la necesidad de que los humanos reaccionen ante el daño que con su indiferencia cometen con la casa común, el planeta Tierra. “La Iglesia nos propone para este año cuidar la casa común, tomar conciencia del trato que hemos tenido con la creación, con la naturaleza, con la ecología”, subrayó el párroco Juan Carlos Martínez, quien encabezó el viacrucis en Tegucigalpa, en el que participaron centenares de feligreses. Martínez lamentó que el ser humano, pese a su inteligencia, no ha podido tener un trato amigable con la tierra, con la naturaleza, ni con sus semejantes. El religioso resaltó que en el país hace falta mucho “trabajar por la justicia, por la vida, por los derechos humanos, por el bien común” y por “un mundo donde reine la paz, la justicia y la fraternidad”. En cada una de las estaciones que tuvo el viacrucis desde la antigua iglesia San Francisco hasta la de El Calvario, en el centro histórico de Tegucigalpa, grupos de jóvenes organizados dramatizaban la pasión y muerte de Jesús en la cruz. “En la vida tenemos tres cruces que nos hacen caer: la cruz de la pobreza que miles de personas llevan hoy en día, la cruz de la fe que surge del seguimiento de Jesús y de hacer nuestras sus palabras, y la cruz de la destrucción de la vida y del medio ambiente”, expresó Martínez. El sacerdote insistió en la importancia de la defensa de la Tierra, porque es la única casa de la humanidad y el desafío ambiental que hay que enfrentar, con un daño al planeta que nos impacta a todos. Dijo que “la obra de arte que es el planeta ahora se ve amenazada de muerte por nuestro estilo de vida enloquecido, por los gases contaminantes y por la destrucción de bosques”. “Hay que detener la acelerada destrucción y muerte de las especies vivas” y “conservar este planeta herido con cariño y con respeto”, recalcó. Señaló además que “cada día estamos llamados a quitar la cruz del egoísmo y la ambición que impide el resurgir del verdadero amor” entre los seres humanos. En su mensaje también abogó por una mejor educación respeto a la clase trabajadora, reducción del desempleo, mayor seguridad, más justicia y combate a otros flagelos como la violencia y la corrupción. El día cerró con la procesión del Santo Entierro, al que también asistieron miles de creyentes católicos.