Por caravana, Donald Trump militariza la frontera
Hondureños de caravana migrante imploran “una oportunidad” Gobernadores de Texas y Arizona apoyan decisión de Trump de militarizar frontera
WASHINGTON. Como lo había anunciado el martes pasado, ayer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden para movilizar a la Guardia Nacional hacia la frontera con México, con la misión de “frenar la entrada” ilegal de inmigrantes. La medida fue anunciada tras el rechazo de Trump a la caravana de migrantes centroamericanos denominada como “Viacrucis Migrante”, en territorio mexicano que se proponía llegar a la frontera con Estados Unidos. Se estima que en esta caravana migrante hay al menos unos 900 hondureños. En la Casa Blanca, la Secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, dijo que Trump “ha ordenado que el personal de la Guardia Nacional sea desplegado en la frontera sur”. Agregó: “Esperamos que la movilización comience de inmediato”, dijo Nielsen, aunque aún se torne necesario firmar “memorandos de acuerdo” con los gobernadores de los Estados de la Unión que hacen frontera con México. Además Nielsen dijo que había estado “en contacto con mis contrapartes en México” y aseguró que esos interlocutores “entienden el deseo de nuestra administración, así como la de ellos, para controlar el ingreso ilegal al país”. Según la funcionaria, el ingreso ilegal de un millar de indocumentados por día, que suman 300,000 al año, es un nivel “inaceptable” para Estados Unidos. El martes, Trump había llegado a mencionar la posibilidad de utilizar el Ejército para vigilar la frontera, pero en su lugar enviará a la Guardia Nacional, que es una Fuerza de Reserva constituida por voluntarios. Hasta ahora, el Instituto Nacional de Migración ( INM) de México ha entregado 230 visas de tránsito –un plazo de 20 días para salir del país– y se estimó que ayer se otorgaron 200 más. A los que quieren buscar refugio en México les dan un plazo de 30 días para iniciar el trámite.
Apoyo de gobernadores. El número de militares que serán desplegados en la frontera aún no ha sido determinado por las autoridades. El Gobierno de Trump todavía estaba ayer negociando con los estados de la frontera, que tienen responsabilidad sobre
la Guardia Nacional, para determinar las dimensiones de la misión, por lo que aún no está claro cuándo se desplegarán los militares, cuántos serán, y cuál será el coste y la duración de la operación. Sin embargo, ayer mismo dos gobernadores expresaron su apoyo a la medida anunciada por Trump. Los gobernadores de Texas y Arizona, estados fronterizos de Estados Unidos con México, respaldaron ayer la decisión de Trump de desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur del país. Tanto el gobernador de Arizona, Doug Ducey, como el de Texas, Greg Abbott, celebraron la decisión de Trump como una medida “necesaria” para detener el flujo “masivo” de inmigrantes hacia el país con la intención exclusivamente, según sus palabras, de mantener la seguridad de sus comunidades. Abbott, del Partido Republicano, aseguró en un comunicado que desde que llegó al poder en enero de 2015 siempre ha mantenido “una presencia continua” de la Guardia Nacional, junto con soldados permanentes del Departamento de Seguridad Pública, en el área fronteriza, pero que toda ayuda es recibida con agrado. “La acción de la Administración Trump refuerza el compromiso de Texas de asegurar nuestra frontera sur y defender el Estado de Derecho, por ello, agradezco el apoyo”, afirmó Abbott. Por su parte, el gobernador de Arizona, el también republicano Ducey, dio “la bienvenida” a este despliegue con entusiasmo, puesto que para él era algo necesario en la región desde hacía mucho tiempo.
Súplica. Hondureños que integran la caravana migrante y que ahora conviven en un campamento improvisado en las canchas deportivas de la comunidad Matías Romero, de Oaxaca, imploraron no ser deportados. Henry Benítez, de Honduras, expresó “Hago un llamado al presidente de Estados Unidos, que nos dé chance (oportunidad), que no hable mal de uno, porque todos somos seres humanos, todos somos hijos de Dios, él es de carne y hueso igual a nosotros”, pide. Mientras que William Gómez, hondureño de 24 años, pidió a Trump que “abra las fronteras” y aseguró: “Los que vamos aquí somos trabajadores, no somos asesinos, no somos secuestradores, no somos como Trump piensa. Que abra las fronteras. Vamos catrachos (hondureños), salvadoreños, de Nicaragua, chapines. Todos tenemos un sueño”. Génesis Graciela, hondureña de 18 años, dijo que salió del país por problemas económicos, y contó que “nunca había querido pasar a Estados Unidos, pero esta vez sí lo quiero intentar por mi hijo, aunque sé que va a correr un poco de riesgo porque está chiquito”.
Se agudiza la tensión. El Senado mexicano exigió ayer a Trump, respeto para México y solicitó al Gobierno de Peña Nieto suspender la cooperación bilateral en migración y delincuencia organizada mientras Trump “no se conduzca con civilidad y respeto”. En un pronunciamiento aprobado por unanimidad, el Senado condenó “las expresiones infundadas y ofensivas sobre México y los mexicanos”. Además, el Senado calificó “como un agravio más” la pretensión de Trump de militarizar la frontera con México.
Intemperie La caravana migrante instaló un campamento en unas canchas de fútbol de Matías Romero, Oaxaca.