Resiliencia
Boris Cyrulnik nació en el puerto francés de Burdeos en 1937. Su familia que era judía desapareció fisicamente en los campos de concentración nazis. Y él se encontró huérfano de guerra, solo a sus seis años. Pasó así de un lugar a otro, hasta que una familia lo acogió en una granja. A pesar de las muchas dificultades sacó fuerza de flaqueza y aprovechó cualquier oportunidad para estudiar. Años después se convirtió en psiquiatra. Quizá él fue quien tomó de la metalmecánica el término “resiliencia” y lo aplicó al comportamiento humano. En ingeniería, resiliencia es la capacidad de un material para adquirir su forma inicial después de ser sometido a una presión que lo deforme. Cyrulnik habló de “resiliencia humana” afirmando que es la capacidad de reaccionar positi- vamente a las dificultades más duras, tales como la muerte de un pariente. Es el concepto oriental de las crisis: la visión de ver en toda dificultad una oportunidad encubierta. Si usted observa a su alrededor verá ejemplos de resiliencia en muchos hechos humanos; por ejemplo, si un bebé aprendiendo a caminar desistiera en su primera caída nunca llegaría a caminar. Posiblemente, la resiliencia sea tan antigua como la humanidad. ¿Recuerda usted el relato de Adán y Eva expulsados del paraíso? Sin embargo, el interés científico en ella es reciente. ¿Qué se ha descubierto? 1) Que se produce una crisis permanente cuando lo que se vive excede nuestra capacidad de respuesta o recuperación, perdiendo no solo la esperanza, sino el sentido de lucha. 2) Con un cambio de actitud, el punto de vista optimista de la resiliencia, los conflictos son la base del desarrollo. Cuando aparecen las crisis, estas están anunciando crecimiento, transformación, buenas noticias. David J. Schwartz afirmó: “En cada dificultad se encuentra la semilla de un beneficio equivalente o mayor”. ¡Eso es resiliencia! Y afirma además que los resilientes suelen tener sentido del humor, saben que el sonreír tal vez no acabe con el sufrimiento, pero tampoco este acabará con ellos. Y, habitualmente, cimientan su esperanza en una fe religiosa.
LO NEGATIVO. Ante las crisis de nuestra vida perder la esperanza y la capacidad de lucha.
LO POSITIVO. Descubrir que Dios no nos dará una crisis sin darnos la “resiliencia” para aprovecharla.
"RESILIENCIA, CAPACIDAD DE REACCIONAR POSITIVAMENTE A LAS DIFICULTADES Y PRESIONES MÁS DURAS”