Está cerca
La cercana fecha para conocer la decisión del gobierno de Donald Trump sobre el Estatus de Protección Temporal para los compatriotas ha incrementado la inquietud en la numerosa comunidad hondureña beneficiada con esta regulación migratoria y crea nerviosismo en el personal diplomático en la Unión Americana y los funcionarios de la Cancillería. No es para menos, pues la víspera no se presenta favorable y los antecedentes inmediatos inclinan más al pesimismo, pero como no hay peor lucha que la que no se hace, habrá esperanzas hasta conocer la decisión del Departamento de Seguridad Nacional del país del norte. El Gobierno mantiene una intensa ofensiva diplomática en la capital norteamericana en los ambientes legislativos y de altos cargos para que por medio de un acercamiento personal se pueda lograr la ampliación del beneficio migratorio y, mejor y más justo, una solución permanente, que habrá de pasar por el Capitolio, para los miles de hondureños integrados plenamente al mundo laboral y las sociedades de vecinos, donde viven con hijos educados para una sociedad en la que crecieron y con la que se hallan plenamente identificados después de casi dos décadas de residir en la Unión Americana. El calificativo de “temporal” pesa en estos momentos más que el futuro de miles de familias hondureñas, como ocurrió con los haitianos y salvadoreños, a quienes se les señaló fecha de expiración del TPS. El impacto inmediato será fuerte, pero el deber de una respuesta eficaz, aunque haya apelación a la responsabilidad compartida, habrá de partir de la sociedad hondureña e integrar, mediante claras y sostenidas políticas de creación de empleo, a los jóvenes educados en escuelas, colegios y universidades norteamericanas y a los adultos para que los hábitos y buenas costumbres de allá no sean devorados a los pocos días acá. “La ayuda extranjera está en juego”, escribía en Twitter el titular de la Casa Blanca al lanzar sus cañonazos contra “la gran caravana de gente de Honduras... que se dirige a nuestra frontera”. Y ya sabemos cómo las gasta la administración, por lo que, sin decaimiento, pero con realismo, habrá que esperar el anuncio formal el próximo 5 de mayo, un mes antes de expiración de la última prórroga, negada a haitianos y salvadoreños. Independientemente de la respuesta, la meta es una solución permanente, regulación migratoria, para devolver la confianza y tranquilidad a miles de familias hondureñas.