Pelear por protagonismo
De vez en cuando, en alguna conversación cotidiana, alguien dice una frase que define una realidad compleja. Un grupo de palabras que en cierra una potente definición de unescenarioreal. Sabersimplificar lo complejo siempre me ha parecido una habilidad muy necesaria y, porello, tanapreciada. Hace pocos días conversaba con colegas sobre temas relacionados con el desarrollo del país y señalábamos la dificultad del diálogo in ter sectorial para generar acuerdos que permitan trabajar en conjunto para alcanzar mejores condiciones en lo económico, socialyambiental. Nos referíamos al diálogo como la oportunidad de entablar la comunicación y establecer acuerdos que permitan trabajar en el corto, media no y largo plazo, ynoúnicamente a instancias políticas. Es claro que llegara consensos no es nada fácil en nuestro país, como enmuchosotros. Ennuestrocaso particular ,¿ qué tipo de situación influye negativa mente? La explicación vino de mi interlocutora, que acertó al decir que “Honduras es un país en el que la gente pelea por protagonismo y no pordesarrollo”. Esa actitud de pelea por ser importante o más escuchado que el resto, por llevarse el crédito de las buenas iniciativas, nos juega totalmente en contra cuando se trata de buscar acuerdos-aunque sean mínimoscomo la base para la acción. Hay excepciones, comoencasitodo, pero mete moque son pocas. Poco nos gusta escuchar otras verdades, cuesta arriba es generar empatí ay asumir que necesitamos complementarnos con otras personas y organizaciones para incidir en las condiciones de desarrollo delpaís. Dar la razón a otros puede ser visto como sinónimo de debilidad, reconocer puntos de encuentro es casi unacesióndepoder. Todos queremos ser importantes, más que otros. Escuchar activamente no parece ser una de nuestras cualidades colectivas, decir monólogos es lo nuestro, aunque eso lleve incluso a des decir posiciones anteriores, a riesgo de arruinar reputaciones, no solamente individuales, sino orga ni zacio na les. Hemos olvidado que el poder del diálogo educado y respetuoso radica en construir una visión compartida, no en confrontar de forma permanente. Hay una crisis de liderazgo en el paísciertamente, peronosolode personas, sino de instituciones. Ese estado crítico solamente abona al crecimiento de uncl imagen er ali- za do de des confianza. Queremos ser importantes, tener protagonismo, peroabasede declaraciones, discursos y posturas casiinamovibles. ¿Quéhaydelos hechos? Hay mucho por hacer en materia de desarrollo en Honduras, pero ninguna instancia por sí sola, ni siquiera las del Estado, puede hacer frente a los grandes desafíos de país. Es posible que hoy por hoy nos parezca normal ese interés casi desmedido por protagonismo; sin embargo, esa situación puede convertirse en una verdadera ancla que nos mantenga en el atraso. La búsqueda permanente del reconocimiento, lapopularidadyel poder que ello implica no permiten alcanzar un mayor grado de madurez en beneficio del país, por eso muchas instancia sin ter institucionales de diálogo son poco productivas. Enfocarse en resolver las necesidades urgentes es prioritario. Despuésdetodo, serpartedelas soluciones y demostrarlo con hechos ofrece una vía más segura y duradera para alcanzar el tan anhelado protagonismo, eso sí, implica trabajar. Seamos parte del cambio de enfoque en nuestras áreas de influencia ,¡ mano sala obra!
“Serpartede SolucioneSy demoStrarlo conhechoSeS víaSeguray duraderahacia elprotagoniSmo”