A pocas horas
Menos da una piedra” es el sentimiento en el ambiente diplomático nacional en Estados Unidos al referirse a la posible, aunque remota, renovación de los beneficios migratorios contenidos en el Estatus de Protección Temporal sobre el que habrá de pronunciarse la Administración Donald Trump, cuya política migratoria marca dirección y destino y, como dicen en el pueblo, se necesitará un milagro para que la decisión sea favorable para las miles de familias hondureñas integradas plenamente a la vida de ese país en el campo laboral, en las comunidades de vecinos, en los centros educativos y en las instituciones deportivas y recreativas. Aunque nosotros, somos nosotros, quizá podemos ver en el espejo del vecino reflejado el futuro inmediato, pues el Gobierno de Trump ha acentuado, con la fuerza que proporciona el fundamentalismo, cierta visión con el respaldo de la literalidad, sentido exacto y propio, no lato ni figurado, de las palabras empleadas en este asunto “temporal”, aunque los beneficios se hayan mantenido vigentes por casi dos décadas. Total que el hasta aquí sigue pendiendo como la espada de Damocles, cuyo hilo se muestra más fino y débil en estos momentos. En la consideración de la vigencia del TPS “no podemos pasar por alto que la política migratoria en Estados Unidos ha cambiado”, recuerda el embajador Marlon Tábora, quien apela a una prórroga como oportunidad para alcanzar las regulaciones migratorias que integren legal y permanentemente a millones de personas en la vida norteamericana. El acercamiento a congresistas, la mayoría de ellos demócratas, intenta los cambios en las leyes migratorias, hoy más urgentes, por la rigidez con que son tratados los inmigrantes. La reacción del presidente Trump, hace unos días, contra la caravana de migrantes, hoy ya en la frontera y tras hacer el trámite de petición de asilo, algunos alcanzaron el territorio norteamericano, fue más que reveladora no solo por el lenguaje utilizado, sino por la amenaza: “La gran caravana de gente de Honduras, que ahora viene a través de México y se dirige a nuestra frontera de las “leyes débiles”, es mejor que se detenga ..... La vaca Cash Nafta está en juego, al igual que la ayuda extranjera a Honduras”. Veremos, en pocas horas, si la soga no se rompe por lo más delgado, en estos momentos, sin duda, el TPS, fuertemente cuestionado por su temporalidad, indefinida como buena arma política, pero con excusa abundante para la definición. El esquema migratorio temporal espera, en unas horas, la decisión del Departamento de Seguridad Nacional con directrices precisas y directas del titular de la Casa Blanca.